revista de cultura científica FACULTAD DE CIENCIAS, UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
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Otra manera de comprender
la fisiología reproductiva
 127B13  
 
 
 
Joel Hernández Cerón  
                     
 
Llegaban de todas partes, salían por miles de la boca
de los tubos como si los trajeran arreando. Venían revueltos: bien formados y robustos, simétricos, sin problemas del desarrollo, pero también aparecían algunos con malformaciones. Todos teníamos el mismo origen, habíamos sido creados por las mismas células en el tubo seminífero y experimentamos la misma metamorfosis en las células de Sertoli. Estábamos formados esencialmente por una cabeza y una cola o flagelo. Veníamos suspendidos en un medio acuoso que apenas nos permitía movernos, si uno se movía empujaba a su compañero. En la red testicular, así se llamaba esta red de tubos con más luz que los seminíferos, nos concentrábamos en grandes grupos, nos movíamos como una gran masa; poco a poco íbamos llegando a otros tubos de mayor luz; para entonces ya éramos millones. Sin saber cómo ni por qué, seguíamos avanzando. El conjunto de conductos se convirtió en uno solo, de mayor luz, muy largo, el cual se enrollaba sobre sí mismo y formaba una estructura grande y abultada. En este sitio permanecimos varios días, avanzábamos lentamente, terminamos nuestra maduración y recibimos nuestra instrucción básica. Las recomendaciones y consejos no cesaban, no había descanso; sin interrupción, los instructores nos repetían lo mismo, pero nunca nos mencionaron cuál era nuestra misión. Varios de nosotros los cuestionamos y siempre daban respuestas ambiguas: “no lo sabemos todavía, pero en cuanto nos lo informen se los diremos”.
 
Nos repetían que el día de nuestra partida llegaríamos a un lugar hostil y que el costo en vidas sería muy alto, pero que el fin valía el sacrificio. Nos decían: “no pierdan el sentido de orientación, manténganse en movimiento, aprovechen las corrientes ascendentes, eviten las corrientes descendentes, no traten de ayudar a sus compañeros, cuídense de los polimorfonucleares, los que logren llegar a la unión úterotubárica esperen la señal para avanzar y el que penetre primero el objetivo debe activar el mecanismo para evitar que otros penetren”. No obstante que la mayor parte las recomendaciones eran incomprensibles, ya que nos estaban describiendo un medio inimaginable, yo puse atención a las instrucciones por un sentido elemental de superviviencia.
 
Llegó el día. Previo a nuestra partida ya estábamos en la última porción de este larguísimo tubo. Unas contracciones fuertes nos expulsaron al conducto deferente; no sé cuántos éramos, pero a bulto les puedo decir que éramos muchos millones. Lo primero que sentimos fue un cambio de temperatura, ya que estábamos acostumbrados a temperaturas más frescas. Todo fue muy rápido, conforme recorríamos este conducto se nos iban agregando diferentes sustancias que nos permitían estar en suspensión y en un medio agradable. De manera súbita y violenta fuimos expulsados, llegamos a un órgano tubular de luz amplia, con una mucosa tibia y húmeda. Las primeras horas fueron de caos total, ya que no teníamos instructores, éramos una tropa sin mando. En poco tiempo, más de la mitad de nosotros ya había sido arrastrada por las corrientes descendentes. Otros ya habían sido fagocitados por los polimorfonucleares. Los primeros en caer y ser eliminados fueron los espermatozoides con anormalidades del desarrollo, es decir, los tullidos, con doble cabeza, cola enrollada, los que tenían movimientos anormales. Durante la matanza todos olvidamos las instrucciones elementales. Unos creían avanzar, pero iban en sentido contrario, otros entraron en pánico y en pocos minutos ya estaban en el oviducto o ya andaban buscando el objetivo entre los intestinos.
 
Yo tuve suerte, vi avanzar a un grupo numeroso de manera lineal y decidida, como si supieran el camino correcto, y a ellos seguí. Me mantuve en el grupo, llegamos al cérvix. Nadie, durante la instrucción, nos habló de esta estructura y de lo importante que era llegar a ella.
 
No obstante las bajas no cesaban, éste era un lugar que nos permitió reorganizarnos y pensar. A un alto costo, ya habíamos aprendido qué eran las corrientes ascendentes y descendentes, ya conocíamos de cerca a los polimorfonucleares y sabíamos que para sobrevivir teníamos que estar en movimiento. Recordamos y discutimos que el siguiente paso era llegar a la unión úterotubárica. Con la experiencia acumulada seguimos avanzando, pero permítanme reiterarles que aunque ya éramos veteranos, las bajas eran constantes y elevadas. Aprovechábamos una corriente ascendente para avanzar unos centímetros; esperábamos que pasara la onda descendente y otra vez avanzábamos. Los que se distraían, no sobrevivían.
 
Entramos a la famosa unión úterotubárica; menos de 5% de los espermatozoides llegamos a este sitio. Ya no se veían espermatozoides anormales. Todos ya habíamos pasado por un proceso de selección natural. Éramos simétricos, robustos y vigorosos. Este sitio nos sirvió para descansar y recuperar energías. Pero a menudo surgía la pregunta de qué hacíamos ahí, cuál era el objetivo del que nos habían hablado durante la instrucción. También nos preguntábamos si ese objetivo valía la muerte de cerca de 5 000 millones de espermatozoides.
 
En la unión uterotubárica, y con estas reflexiones, estuvimos alrededor de ocho horas. Esperamos con paciencia, recordábamos lo que se nos dijo en la instrucción “tienen que esperar la señal para avanzar”. Ésta llegó, no vimos nada, pero lo sentimos. Comenzamos a movernos frenéticamente. Ya no había desorientación, todos sabíamos que debíamos movernos en dirección ascendente. Ya no éramos una masa; la decisión y firmeza de nuestro movimiento creaba un ambiente victorioso. Pasamos por una porción estrecha del oviducto y llegamos a una sección con luz amplia. Aquí nos encontramos con el objetivo: era una célula gigante, arrogante, rodeada por células pequeñas y tenía una cubierta uniforme y refringente; por su brillo daba la impresión de un campo de energía impenetrable. No sabíamos por qué, pero estábamos seguros que aparte éste era nuestro objetivo. Debo reconocer que, como muchos de nosotros, dudé qué hacer, pero un grupo de espermatozoides no se detuvo a pensar nada, rodearon la célula y comenzaron a abrirse paso. Uno de ellos hizo contacto con la porción refringente y pudo penetrar perdiendo la cola durante la maniobra. No sé que haría adentro de la célula pero ninguno de los que después intentaron penetrar lo logró. Ahora recuerdo que una recomendación de los instructores era que el primero que penetrara tenía que “activar el mecanismo para evitar que otros penetren”; al parecer el compañero que entró activó dicho mecanismo eficazmente.
 
Después que nuestro compañero penetró, llegamos todos a un estado de paz y relajación, como si ya hubiera terminado nuestra misión en la vida y que lo que seguía era esperar el final. Así ocurrió, porque en las siguientes horas comenzamos a morir. Pero nuestra muerte no tenía el dramatismo que tuvieron las primeras horas de esta aventura. En todos nosotros se notaba una expresión de paz y orgullo. Todos íbamos muriendo con dignidad y algunos tuvimos tiempo de narrar nuestra experiencia.
 
     

     

     
Joel Hernández Cerón
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia,
Universidad Nacional Autónoma de México.
     

     
 
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Comida, salud y cultura
una relación indisocialble
   
 
 
 
César Carrillo Trueba  
                     
¿Qué come la gente en el mundo? Es la pregunta
que se hizo el fotógrafo Peter Menzel y, para responderla, cámara en mano se lanzó a recorrer varios países. Nada fácil, pues la diversidad y los matices son infinitos; no obstante, la manera como lo resolvió es muy lograda. Seleccionando en treinta países familias un tanto “promedio”, les pidió que posaran en algún lugar de su hogar extendiendo los alimentos que consumen a la semana. Basta con mirar las fotos para darse cuenta de una enormidad de detalles de la vida de cada una de ellas.
 
Tenemos en esta página a la familia Mendoza, de Todos Santos, Guatemala, que se nutre principalmente de alimentos frescos, sobre todo verduras, además de arroz, frijol y algo carne, así como unos cuantos productos procesados.
 
Debajo, los Brown, de River View, Australia, al parecer de origen nativo, que dejaron los alimentos tradicionales y ahora comen grandes cantidades de carne y embutidos, muchos alimentos procesados y bebidas gaseosas, y escasas verduras y frutas.
 
En la otra página, la familia Casal, de Cuernavaca, México, consumidora de funestas cantidades de Coca Cola, pan blanco, tortillas de máquina, diversos productos procesados, pollo, jaibas y una dosis de verduras y frutas no tan baja todavía.
 
Finalmente, la familia Le Moine de Montreuil, Francia, cuya dieta está constituida por un poco de muchas cosas: verduras, frutas, carne, pescado, nueces, quesos, productos procesados, platos exóticos —es decir, comida tradicional de diversas partes del mundo, accesibles en la región parisina—, vino, cidra, etcétera y cero refrescos.
 
Se podría hacer una larga disertación sobre el tema, mas ésta es una sección que privilegia la imagen. Lo que resulta claro, y vale la pena ver otras fotos de la serie (www.menzelphoto.com/books/), es que todas las culturas han generado una cocina propia, una manera de alimentarse que aprovecha los recursos disponibles y los combina de tal forma que resulten más nutritivos. Y esto no es privativo de lo rural, como se aprecia en la foto de Guatemala, puede serlo también en las ciudades de los países más industrializados, como el caso de Japón, en donde la preservación de la cultura alimentaria ha llevado a mecanismo de control de calidad de todos los alimentos que se consumen, lo cual ha derivado en leyes que impiden la venta de arroz transgénico, por ejemplo; o el de Francia, en donde hubo campañas escolares que llevaban incluso cocineros, chefs, para que los niños y jóvenes aprendieran a apreciar la tradición gastronómica y atajar así el impacto de la comida rápida que en algún momento se volvió preocupante.
 
México, al igual que la Australia de los pueblos nativos, sufre de una pérdida de cultura y una falta de acción gubernamental, al punto que ni siquiera ha podido instalar los bebederos de agua en todas las escuelas públicas como lo había prometido. Las fotos de Peter Menzel son una clara ilustración de los procesos que están afectando la salud de buena parte de la población en el mundo, y nos dan una idea del preocupante lugar en donde se ubica en este proceso la alimentación en nuestro país.
 
     
       

     
César Carrillo Trueba
Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México.
     

     
 
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del microcosmos
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Las infecciones
que nos acechan
en los hospitales
 127B12  
 
 
 
Mary Huitrón, Luis Jiménez, Magali Linarte, Manuel José Rivera y Agustín Ramiro Urzúa
 
                     
Las infecciones asociadas a la atención de la salud
son un problema de salud pública que ha ido en aumento en los últimos años, pues éstas conllevan un gran riesgo de morbimortalidad dado que muchos de los microorganismos habitan en el ámbito hospitalario. Es muy importante saber reconocer y tratar de manera oportuna las infecciones asociadas a la atención de la salud, pues de este modo el paciente tendrá una recuperación más rápida, menos complicaciones y evitará nuevos contagios.
 
A mediados del siglo xix aún no se conocían bien los mecanismos de la transmisión de las enfermedades infectocontagiosas, por lo que se producían epidemias. Esto cambió con el caso de la fiebre puerperal; fue el doctor Semmelweis, en el Hospital General de Viena, quien observó que en una sala de partos en especial era donde había una mayor mortalidad y se dio cuenta de que allí operaban médicos y estudiantes después de haber realizado procedimientos en cadáveres sin haberse lavado las manos y mucho menos cambiarse de vestimenta. Por el contrario, en otra de las salas, en donde la mayor parte de los partos eran atendidos por parteras, las mujeres morían menos. De estas observaciones concluyó que los médicos y estudiantes transmitían esta enfermedad de las secreciones purulentas a las mujeres puérperas por la vía de los tactos vaginales. Esto dispuso que médicos y estudiantes debían lavarse las manos con una solución clorada, reduciendo de esta manera el número de muertes maternas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, agencias del Departamento de Salud de los Estados Unidos, las infecciones asociadas a la atención de la salud son aquellas que una persona puede contraer mientras recibe tratamiento dentro de una unidad de salud y pueden llevar al paciente a limitaciones en su funcionalidad orgánica o, en el peor de los escenarios, a la muerte.
 
El caso de México
 
En México se realizó un estudio en 2011 para estimar el problema de las infecciones asociadas a la atención de la salud. Se seleccionaron varios hospitales de diferentes instituciones en todo el país, como los del Instituto Mexicano del Seguro Social y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado. Los resultados obtenidos fueron los siguientes: de 7 461 pacientes hospitalizados, 4 274 padecía alguna de las infecciones asociadas a la atención a la salud. La más común fue neumonía (infección pulmonar) y luego la de vías urinarias. Las bacteriemias, presencia de microorganismos infecciosos en la sangre, se ubicaron en el quinto lugar (figura 1). Esto significa que por cada 100 pacientes hospitalizados, 21 tuvieron alguna infección.
 
Los microorganismos más comunes causantes de estas infecciones son las bacterias. Sobre todo las famosas superbacterias, llamadas así porque son resistentes a varios antibióticos y representan un verdadero problema de salud mundial, por lo cual se están tomando medidas sanitarias a nivel internacional.
 
Las infecciones por hongos, como Candida, son más comunes en hospitales de alta especialidad, sobre todo en pacientes con inmunosupresión, es decir, con defensas bajas, lo que incrementa su impacto en la mortalidad, ya que la mayoría de estos pacientes mueren.
 
Las más comunes
 
Actualmente, en los hospitales se usan varios aparatos que se colocan por procedimientos invasivos con el fin de ayudar al paciente a mejorar su condición o mantenerlo estable: catéteres o ventiladores que asisten mecánicamente la respiración del paciente. Sin embargo, una de las complicaciones más frecuentes de éstos son las infecciones.
 
Las neumonías intrahospitalarias son infecciones que afectan los pulmones y que al momento del ingreso no estaban presentes; generalmente se detectan a los tres días de haber ingresado al hospital. El riesgo de presentar una neumonía se incrementa en pacientes que están recibiendo ventilación mecánica. Los organismos causantes de las neumonías nosocomiales varían dependiendo del tipo de hospital y los factores de riesgo de los pacientes. Estos organismos pueden infectar los pulmones por varias vías: inhalación, las vías respiratorias o del tubo endotraqueal. por aspiración de flemas de la boca, diseminación a través de la sangre o infecciones cercanas a los pulmones.
 
Se puede sospechar que se trata de una neumonía cuando el paciente expulsa flemas de color amarrilloverdosas, comienza con fiebre y la radiografía del pecho sugiere que hay una enfermedad. El diagnóstico es más preciso cuando se obtienen muestras de flema y se procesan para lograr identificar el organismo responsable. Desde luego, la terapia antibiótica tiene que ser específica para el organismo que se obtuvo en las muestras. Parte fundamental de la prevención es evitar la automedicación, así como limitar el uso indiscriminado de antibióticos. Es importante seguir siempre las instrucciones del personal de salud para acercase a un paciente enfermo y utilizar el instrumental adecuado (bata y cubrebocas).
 
Por otro lado, están las infecciones de las vías urinarias. La uretra es el conducto por el cual sale la orina hacia la vejiga, órgano donde se almacena con el fin de drenarla. Cuando se introduce un catéter en la uretra es porque la persona es incapaz de orinar por sí misma o cuando está hospitalizada en la unidad de cuidados intensivos y el personal requiere saber la cantidad de orina que produce cada hora, entre otras cosas.
 
Las infecciones de la vía urinaria involucran desde el riñón (encargado de filtrar la sangre para producir la orina) hasta la uretra. Si una bacteria u hongo logra entrar por algún motivo o vía a un órgano, provoca una infección. Algunos síntomas que pueden llegar a presentar los pacientes son ardor al orinar, fiebre y dolor en la parte baja del abdomen. Es importante aclarar que algunas personas que presentan infecciones de la vía urinaria pueden no tener esta sintomatología —esto depende de la enfermedad.
 
La mayoría de tales infecciones se puede tratar con antibióticos, y prevenir con el cambio o retiro del catéter; también se pueden evitar teniendo el hábito de lavarse siempre las manos, antes y después de tocar el catéter, mantener la bolsa por debajo de la vejiga o no jalando ni torciendo el tubo.
 
Las infecciones asociadas al catéter venoso central son otras de las más comunes. Un catéter venoso central se introduce en una vena grande y profunda en el cuello, pecho o brazo, porque se comunica mejor con el corazón; se usa principalmente para administrar medicamentos, líquidos o incluso sacar muestras de sangre mientras esté internado el paciente, por lo que se puede dejar por varias semanas e incluso meses. La infección se presenta cuando gérmenes patógenos entran por el catéter y se considera de gravedad debido a que los microorganismos pasan hacia la sangre causando complicaciones. Algunos de los síntomas que se pueden llegar a presentar son fiebre, escalofríos, piel roja alrededor del catéter, dolor en el sitio de inserción del catéter, entre otras. Al aparecer los síntomas, los médicos deben realizar los estudios para cerciorarse de que realmente sea una infección asociada al catéter.
 
Se pueden prevenir. Se recomienda observar el área del vendaje e identificar si cambia de color; también hay que estar atentos por si se presenta alguno de los síntomas mencionados anteriormente. Se debe tocar lo menos posible el área donde está el catéter y todas las visitas deben lavarse las manos antes y después de entrar en contacto con el paciente.
 
Las infecciones de heridas quirúrgicas también son de relevancia. Éstas ocurren después de la cirugía en la parte del cuerpo en donde se realizó la operación. Si bien no es común tener una infección después de una cirugía, se estima que de uno a tres pacientes de cada cien puede contraer una infección. Esto va a depender mucho del tipo de cirugía que se haya realizado, de la localización y la extensión de la misma. Algunos de los síntomas más comunes que se llegan a presentar son: dolor alrededor del lugar de la cirugía, enrojecimiento, sensación de calor, fuga de líquido de mal aspecto y olor por la herida, y fiebre.
 
La mayoría de la infecciones se pueden tratar con antibióticos, basándose en el tipo de organismo que se haya logrado encontrar en el sitio de infección y en ocasiones puede llegar a requerir cirugía. La higiene es fundamental para prevenirlas y se sugiere nunca manipular la herida con las manos sucias. Si alguno de los familiares está a cargo del paciente en su recuperación, es fundamental que se lave las manos antes y después de tocar a su familiar, de ser posible es mejor que se usen guantes antes de manipular la herida.
 
Prevención
 
La higiene de manos es primordial para la prevención de infecciones asociadas a la atención de la salud, ya que son el principal medio por el cual los microorganismos se transmiten y pueden favorecer el desarrollo de enfermedades que ponga en peligro la vida de los pacientes durante su estancia hospitalaria.
 
Para evitar las infecciones asociadas a la atención de la salud, el personal y los acompañantes del paciente deben
 
     
En la red

goo.gl/NDvCFM
goo.gl/52wWTs
goo.gl/RC4XSq
goo.gl/XbHhZm
goo.gl/Ds40zs
goo.gl/iL2qU8
goo.gl/9iQLNh
     

     
Mary Huitrón García,
Luis Jiménez Rivas,
Magali Linarte Guerra,
Manuel José Rivera Chávez,
Agustín Ramiro Urzúa González.
Departamento de Medicina y Nutrición,
División de Ciencias de la Salud,
Universidad de Guanajuato.
     

     
 
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del hebario
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Plantas medicinales
en la salud sexual
 127B11  
 
 
 
Daniel Juárez Mendoza
 
                     
La Organización Mundial de la Salud define la salud
sexual como “la integración de los aspectos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser humano, en formas que sean enriquecedoras y realcen la personalidad, la comunicación y el amor”, y a la medicina tradicional como “el conjunto de conocimientos, aptitudes y prácticas basados en teorías, creencias y experiencias autóctonas de las diferentes culturas, sean o no explicables, usados para el mantenimiento de la salud, así como para la prevención, el diagnóstico, la mejora o el tratamiento de las enfermedades físicas y mentales”. En el contexto de la salud sexual y reproductiva las plantas medicinales son aquellas a partir de las cuales se elaboran sustancias que ejercen un efecto farmacológico y representan una opción atractiva y real para el tratamiento de algunos problemas relacionados con la disfunción sexual, en especial las conocidas como afrodisiacas.
 
La disfunción sexual se caracteriza por la aparición de dificultades durante cualquiera de las fases de la respuesta sexual humana: deseo, excitación y orgasmo, impidiendo la realización normal del acto sexual de modo satisfactorio. Las causas de la disfunción sexual, cuya principal manifestación en los varones es la disfunción eréctil, son complejas: pueden involucrar factores físicos (enfermedades, uso de medicamentos, dolor), psicológicos (estrés, depresión, ansiedad, preocupaciones), vinculares (malas relaciones, discusiones, fase de cortejo pobre, falta de comunicación, infidelidades) y sociales.
 
En el caso de los hombres por ejemplo, durante la etapa de excitación, la óxido nítrico sintetasa se activa y favorece la liberación de óxido nítrico a partir de las células que forman las paredes de los vasos sanguíneos del pene y los cuerpos cavernosos, induciendo una pérdida del tono contráctil del músculo liso del pene y el aumento del flujo sanguíneo en los cuerpos cavernosos dando lugar a la erección.
 
Otro mecanismo se da mediante una vía llamada adenosín monofosfato cíclico, que favorece el incremento del flujo sanguíneo en la zona genital, lo que conlleva a la erección del pene.
 
Plantas medicinales
 
Algunas plantas han sido utilizadas como afrodisíacas y es posible que puedan mejorar el desempeño sexual de hombres y mujeres, así como la calidad de los espermatozoides y ser usados principalmente en el tratamiento de la disfunción sexual masculina.
 
Ajo (Allium sativum).
Parte utilizada: bulbo.
Usos: prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares porque reduce la presión arterial y el nivel de colesterol y disminuye la agregación plaquetaria.
Modo de empleo: los preparados más utilizados son el ajo crudo, el aceite de ajo, el ajo en polvo y el extracto acuoso.
Efecto fisiológico: se ha observado aumento en la cantidad de espermatozoides después de complementar la alimentación en ratones con 100 mg/kg de extracto acuoso durante más de tres meses.
 
Ginseng (Panax ginseng).
Parte utilizada: raíz.
Usos: mejora la atención y la concentración, aumenta el estado de alerta, resistencia al trabajo y mejora la salud durante la vejez; también se utiliza para el tratamiento de la impotencia sexual.
Modo de empleo: se consume fresco en rodajas, en jugo, como tintura, extracto fluido, infusiones o en polvo.
Efecto fisiológico: la administración oral de extracto de raíz aumenta la libido y el rendimiento sexual en humanos gracias al efecto de sus componentes sobre los tejidos del sistema nervioso central y de los testículos. Facilita la erección del pene al inducir directamente la vasodilatación y la relajación mediante la liberación de óxido nítrico. También se ha encontrado en hombres que sufren disfunción eréctil que un tratamiento con tres dosis diarias de 900 mg de raíz de ginseng durante ocho semanas mejora el rendimiento sexual, comparado con individuos que tomaron un placebo.
 
Damiana (Turnera diffusa).
Parte utilizada: hoja.
Usos: debilidad muscular y falta de deseo sexual.
Modo de empleo: infusión (24 g de hoja seca en 150 ml de agua), 24 ml de extracto fluido, 1 ml de tintura tres veces al día o 34 g de polvo de hoja en tabletas o cápsulas.
Efecto fisiológico: se presume que el efecto afrodisíaco se debe a su contenido de cafeína, hidroquinona y gluconato de sodio.
 
Cacao (Theobroma cacao).
Parte utilizada: fruto.
Usos: aumenta la absorción de glucosa en el músculo, ofrece protección neuronal, potencia el estado de ánimo positivo; es además estimulante, relajante, euforizante, tónico, antidepresivo y afrodisíaco.
Modo de empleo: barras de chocolate, bebidas y helados.
Efecto fisiológico: su potencial afrodisíaco está enfocado en los efectos que puede tener en los procesos fisiológicos durante la excitación y orgasmo debido a que su consumo facilita la liberación de serotonina que conlleva a mejorar el estado de ánimo.
 
Dátil (Phoenix dactylifera).
Parte utilizada: fruto.
Usos: tradicionalmente se utiliza en el tratamiento de trastornos de la memoria, fiebre, pérdida del conocimiento y alteraciones nerviosas. Es anticancerígena, hepatoprotectora, antioxidante, antinflamatoria y afrodisiaca.
Modo de empleo: fruto seco.
Efecto fisiológico: en ratas, la administración oral del fruto a una dosis de 120 y 240 mg/kg aumenta la cantidad y movilidad de los espermatozoides.
 
Guaraná (Paullinia cupana).
Parte utilizada: semilla.
Usos: energético natural y diurético. Durante la época colonial fue ampliamente utilizada como tónico, fortificante y en el tratamiento de la migraña, la diarrea y la disentería. El extracto de las semillas se ha utilizado como estimulante y afrodisíaco.
Modo de empleo: como bebida, en polvo o jarabe.
Efecto fisiológico: se cree que su efecto está dirigido a la estimulación del sistema nervioso central. Se ha encontrado que enriquecer un medio de cultivo con extracto de semilla de guaraná mejora la criopreservación de espermatozoides.
 
Albahaca (Ocimum basilicum).
Parte utilizada: hoja.
Usos: se utiliza para tratar afecciones gastrointestinales, como tónico, expectorante, diurético, laxante, analgésico, antibacteriano, antidiarreico, sedante y afrodisíaco.
Modo de empleo: infusión, aceite esencial y tintura.
Efecto fisiológico: un estudio en ratas macho determinó que la concentración de espermatozoides, el porcentaje de viabilidad y la movilidad de espermatozoides y la concentración de testosterona sérica aumentaron significativamente al recibir 1.5 g/kg del extracto de planta durante cuarenta días.
 
Maca (Lepidium meyenii).
Parte utilizada: raíz.
Usos: afrodisíaco, el consumo de la planta potencia la líbido, el rendimiento sexual, disminuye el riesgo de padecer disfunción eréctil e incrementa el volumen del semen.
Modo de empleo: infusión y en polvo.
Efecto fisiológico: la administración oral diaria de 2 ml de extracto acuoso de raíz de maca en ratas promueve el incremento de la movilidad de los espermatozoides; sus propiedades antioxidantes pueden ser responsables de su efecto. Se encontró aumento significativo de la movilidad de los espermatozoides en un grupo de hombres con valores espermáticos por debajo del rango normal tras la administración de 450 mg dos veces al día durante treinta días de un extracto seco de maca.
 
Frijol de terciopelo (Mucuna pruriens).
Parte utilizada: semilla.
Usos: tratamiento para la impotencia sexual, infertilidad masculina y como afrodisíaco.
Modo de empleo: semilla.
Efecto fisiológico: el alto contenido de levodopa, un aminoácido precursor de la dopamina, disminuye el estrés psicológico crónico al provocar una disminución en los niveles de cortisol en la sangre, lo que favorece la formación de espermatozoides de mejor calidad.
 
En un estudio clínico se trataron a sesenta hombres con infertilidad ocasionada por estrés psicológico por vía oral con cinco gramos al día de semilla en polvo, los cuales presentaron una notable mejoría en la calidad, cantidad y movilidad de sus espermatozoides.
 
Las plantas afrodisíacas incluidas en esta revisión se pueden agrupar en aquellas que sólo han demostrado su efecto sobre el desempeño sexual al mejorar la erección o la frecuencia de copula (maca, datilera, ginseng y albahaca), las que además de tener efecto sobre el desempeño sexual presentan efecto directo sobre los espermatozoides o la espermatogénesis (ajo, damiana, cacao y frijol de terciopelo) y el guaraná cuyo efecto afrodisiaco no se ha demostrado mediante experimentación científica, pero tradicionalmente se le considera como potenciador del deseo sexual.
 
Conclusiones
 
Las especies vegetales a las que tradicionalmente se les atribuye un efecto afrodisíaco pueden ser una opción viable en el tratamiento de los problemas implicados en la disfunción sexual. Sin embargo, con base en los resultados experimentales, es necesario concluir que hace falta una mayor investigación que dé sustento a su empleo, ya que los resultados obtenidos en algunos casos son variables y en otros únicamente se dispone de datos obtenidos en animales de laboratorio.
 
Es necesario continuar la evaluación científica de los beneficios que tienen en la salud humana, particularmente en la salud sexual y reproductiva, los compuestos naturales de origen vegetal.
 
     
Referencias bibliográficas

Bonilla Pignataro, Janina. 2010. Plantas medicinales, su uso a través de la historia. Universidad de Costa Rica, San José.
Saldaña Gómez, María Magdalena. 2007. Medicina tradicional. Gobierno del Estado de México, Toluca.
Waizel Bucay, José. 2006. Las plantas medicinales y las ciencias: una visión multidisciplinaria. IPN, México.
     

     
Daniel Juárez Mendoza
Área de diseño y desarrollo,
Técnico Distribuidor Infac (td-infac), México.
     

     
 
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del sexo
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Las adolescentes y el uso
del preservativo en los inicios de la vida sexual
 127B10  
 
 
 
Rusek Harit Morles Ochoa  
                     
 
Las oportunidades en la educación tienen un importante
efecto en la calidad de vida de los adolescentes de México y esto se ve reflejado en las condiciones en las que toman decisiones sobre su sexualidad; no obstante, se ven limitadas por las maneras y servicios con que cuentan para ello y de aquí se desprenden ciertos riesgos. En lo que respecta a la salud sexual y reproductiva, los principales riesgos de esta población son: 1) el inicio de su vida sexual no elegido, involuntario y sin protección; 2) embarazos no deseados, no planeados o la posibilidad de que se desarrollen en condiciones de riesgo; y 3) las infecciones de transmisión sexual.
 
Globalmente, una gran cantidad de adolescentes son sexualmente activos antes de cumplir veinte años de edad y de éstos un alto porcentaje son padres adolescentes debido a que alrededor de 60% no utiliza ningún método anticonceptivo. Los riesgos de un embarazo en la adolescencia están fuertemente ligados a las desigualdades, la pobreza y la inequidad de género. Las probabilidades de que las adolescentes de entre quince y diecinueve años mueran se deben a complicaciones durante el embarazo o el parto; dichas probabilidades duplican los de las mujeres que gestan entre los veinte y treinta años.
 
Los cambios físicos sufridos en la adolescencia, unidos a un interés creciente por saber sobre sexo y a la adquisición de información errónea sobre sexualidad, hacen que se vaya formando una identidad controversial. En este periodo se sale del seno familiar para ir entrando y compartiendo el mundo de los iguales, con lo que se supone un choque de las creencias transmitidas en la familia sobre sexo y sexualidad con las que otros adolescentes y los medios de comunicación aportan. De este modo se les presenta una disonancia entre qué valores asumir como propios, cuáles se van a rechazar y cuáles de los recibidos de los padres se conservarán. Todo ello se manifiesta en lo cambiante de su humor, de su irascibilidad y de ciertas reacciones irracionales, que son la expresión del conflicto interior que está viviendo.
 
Una duda que comúnmente tienen es cuándo se deben iniciar las relaciones sexuales, más si éstas incluyen el coito, lo que implica riesgo de embarazo y mayor peligro de contagio de infecciones de transmisión sexual. Lo ideal es que se llegue a ese momento preparado psicológicamente y que tanto el protagonista como sus progenitores y educadores lo interpreten como un acto de responsabilidad y libertad. Por lo tanto, la respuesta no se puede reducir a ofrecer una edad para iniciarse, porque el criterio cronológico no siempre se corresponde con la madurez afectiva. La respuesta supone un análisis de la situación que comprenda diferentes factores.
 
En primer lugar, el adolescente debe analizarse a sí mismo y descubrir cuál es su actitud personal ante el sexo, así como si es responsable para asumir las consecuencias de mantener relaciones sexuales con otra persona. Debe ser lo suficientemente maduro o madura como para adquirir una protección adecuada para prevenir un embarazo y las infecciones de transmisión sexual. Pero también hay que estar preparado para hacer frente a respuestas emocionales y complejas, importantes para definir el comportamiento futuro, pues se inician los problemas amorosos, el enamoramiento, la necesidad del otro.
 
Después llega el análisis del otro, es decir, de la persona con la que se va a tener relaciones. Hay que estar seguro de que ofrece confianza y respeto, pues es con quien se planea compartir la intimidad, y debe quedar claro que a este momento se llega desde la plena libertad, no con el propósito de satisfacer los deseos del otro sin conocer los propios.
 
Para terminar, merece la pena reflexionar sobre la familia, el entorno y el grupo. Las relaciones sexuales pertenecen a la intimidad de las personas y por ello no hay obligación de compartir con los demás detalles sobre ellas, salvo si se quiere hacer o se necesita hacerlo, mucho menos seguir los dictámenes de los otros sobre el ejercicio de la sexualidad. Los amigos deberían respetar al prójimo y no llevarlo a hacer cosas que no quiere o no está seguro de querer. A los padres y madres, por lo general, les costará concebir a sus hijos como seres sexuales, pero esto no debería empujarlos a coartar su libertad. Los adolescentes y jóvenes están expuestos a factores y conductas de riesgo, elementos que aumentan la probabilidad del desencadenamiento de algún hecho indeseable, enfermar o morir, las actuaciones repetidas fuera de determinados límites pueden desviar o comprometer su desarrollo psicosocial normal con repercusiones perjudiciales para la vida actual o futura.
 
La falta de información para protegerse de las infecciones de transmisión sexual y la alta actividad sexual sin protección son los factores y conductas de riesgo más frecuentes en la adquisición de estas enfermedades, que afectan sobre todo a la población comprendida entre los quince y los veinticuatro años, y constituyen un verdadero problema de salud en estas edades. Se añade el riesgo a la salud por el embarazo precoz y la frustración social que trae para la adolescente cambiar drásticamente su proyecto de vida.
 
Aunque existen algunos detractores del preservativo como medio eficaz de protección, mayoritariamente ligados a percepciones religiosas, está demostrado que es el mejor anticonceptivo en estas edades por su inocuidad y ausencia de efectos colaterales, además es la forma más eficaz de protección contra las infecciones de transmisión sexual.
 
Estado del arte
 
La necesidad de identificar el comportamiento sexual y el uso del condón como anticonceptivo y medio de protección contra las infecciones de transmisión sexual entre las adolescentes y jóvenes como etapa previa a la intervención fue el motivo de la realización de este estudio.
 
Se encontró que las mujeres ya no buscan el matrimonio durante la adolescencia y que sentirse y mostrarse como seres sexuales forma parte de la cotidianeidad, lo cual no significa que busquen encuentros sexuales, sino que es una manifestación de un sentimiento positivo hacia su cuerpo y su sexualidad. En lo que corresponde a la masturbación femenina, se habla sobre esta actividad y se ve como una práctica para aprender y experimentar el orgasmo, pero siempre se espera que sea el hombre el que le enseñe a la mujer. Para ellas el aprendizaje de la sexualidad se da por pares o por medios informativos populares y no se suele acceder a la pornografía. En cuanto al uso del preservativo, se muestra poco frecuente, señalando que el hombre no lo quiere usar, que pedir su uso puede generar desconfianza, así como que no les gusta. En cuanto a la maternidad, ya no es vista solamente dentro del matrimonio. También se señala que las mujeres adolescentes mantienen relaciones sexuales no sólo con su novio, sino con amigos, en ocasiones mayores que ellas. Comparativamente los varones tienen más contacto sexual que las mujeres, lo que parece demostrar su mayor disponibilidad para el sexo ocasional, el cambio de pareja y tener relaciones sexuales con varias chicas; consideran que la fidelidad es un sistema de monogamias sucesivas.
 
No obstante, cuando se les pregunta por prácticas sexuales concretas y explícitas (sexo oral, vaginal y anal) sólo hay diferencias significativas en el caso del sexo anal que es infrecuente en ambos casos, aunque más frecuente en chicos (8%) que en chicas (4.2%). Por otro lado, tan sólo 7% de los varones manifiesta no haberse masturbado nunca durante el último año, frente a 83% de las jóvenes. Esto puede deberse a que es una conducta mejor aceptada socialmente en los hombres; además, la anatomía de los varones favorece descubrir la masturbación más fácilmente que en el caso de las chicas.
 
Las conductas más convencionales —caricias no genitales, caricias en genitales por encima de la ropa, caricias genitales directas y coito vaginal— se hacen más frecuentes con la edad. Sin embargo, la práctica del sexo oral y del anal no sigue una clara secuencia en función de la edad. A la hora de ligar, 43% de los chicos y 58% de las chicas manifiestan que los dos tomaron la iniciativa.
 
Aunque tengan comportamientos similares, estos no tienen los mismos motivos ni el mismo significado para hombres y mujeres. Las diferencias más espectaculares son las referidas a las motivaciones por las que se tienen relaciones sexuales y de pareja. Las mujeres buscan preferentemente afecto y los varones buscan preferentemente sexo.
 
Por debajo de los quince años, las diferencias en la motivación para mantener relaciones sexuales son más marcadas. Los chicos buscan (en este orden): sexo y afecto, al contrario que ellas; 58.7% de las chicas de hasta quince años declara que en sus encuentros eróticos busca, sobre todo, afecto. A pesar de ello, 35.7% de las encuestadas de todas las edades declara que, sobre todo, practican el sexo para conseguir satisfacción emocional. Los chicos aseguran tener con mayor frecuencia fantasías sexuales que las mujeres y en ambos casos la incidencia aumenta con la edad.
 
Los investigadores destacan la existencia de un doble patrón para chicos y chicas con respecto de sus afectos y conductas sexuales. No obstante, dicho patrón aparece de manera más clara en los afectos que en las conductas.
 
Hombres y mujeres se sienten con derecho a tener relaciones sexuales si lo deciden; ambos sexos pueden tomar la iniciativa y de hecho tienen relaciones a una edad similar con un número de parejas cada vez más parecido. Todo indica que tales patrones están cambiando, pero es arriesgado predecir cómo evolucionará en la próxima década.
 
Encuesta y resultados
 
Se realizó una investigación de corte cualitativo sobre la percepción de las adolescentes en cuanto a no usar preservativo al momento de tener las relaciones sexuales. La muestra fue de un grupo de diez adolescentes de entre catorce y veinte años de edad. Se seleccionaron a las que tenían vida sexual activa y éstas dieron su punto de vista sobre el hecho de no usar preservativo durante las relaciones sexuales.
 
Se llevó a cabo la recolección de datos en la asociación civil Vifac de la ciudad de Veracruz; se aplicaron cuestionarios que fueron contestados por las adolescentes. El instrumento fue la entrevista semiestructurada para que las adolescentes no se limitaran al contestar el cuestionario.
 
En un periodo de cuatro meses se observó la frecuencia de los síntomas de decaimiento o depresión por no usar preservativo y que las llevó a tener un embarazo no deseado, pero también se notó cierta actitud positiva.
 
De acuerdo con nuestros resultados se encontró que cuatro de las diez pacientes originalmente incluidas, no padecían dicho síntoma de depresión, mientras las otras seis pacientes se ubicaron dentro de la escala con una puntuación que nos indica una probabilidad de padecer depresión. Como el instrumento no nos indica con seguridad que la tengan sería necesario vigilar la evolución de cada adolescente para confirmar el diagnostico. Entre esas seis, tres referían características como “me he culpado, pues mi pareja influyó de alguna manera en tener el acto de la relación sexual sin preservativo”, “me he sentido triste por abandonar la escuela”, “me he sentido tan infeliz que he estado llorando por la llegada de mi bebé”, “he sentido miedo y pánico sin motivo alguno, pero mi bebé es mi impulso y mi motor para seguir adelante” y “al no tener apoyo de mis padres, algunas cosas me oprimen y agobian”.
 
De acuerdo con la literatura, los factores más comunes que causan depresión o actitudes de decaimiento son: no tener apoyo de sus padres, que su proyecto de vida se ve afectado por abandonar la escuela, tener que trabajar y no contar con una pareja.
 
El estudio aquí presentado supone también una evaluación de la escala de depresión postparto al momento del alta hospitalaria, lo que limita los resultados a estado depresivo en los primeros meses.
 
     
Referencias bibliográficas

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Rusek Harit Morles Ochoa
Universidad Cristóbal Colón,
Boca del Río, Veracruz.
     

     
 
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de la biomimesis
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Dientes y células regenerar y no extirpar  127B09  
 
 
 
Eduardo Ceballos Cruz  
                     
En el mundo existen situaciones comunes que en
todos los humanos generan miedo, pánico, tensión y dolor, como un dolor de muelas. Es terrible experimentar tal sensación en los dientes; muchas veces las personas se refieren a este evento como lo peor que han sentido y además del dolor se tiene que lidiar con el nerviosismo derivado de las descripciones de quienes lo han experimentado y las narraciones de la visita al dentista.
 
Cuando una persona padece una enfermedad que afecta la pulpa de los dientes y ocasiona un dolor un tanto incapacitante, los dentistas tienen que recurrir a la endodoncia, una técnica que consiste en extirpar parte o toda la pulpa del diente y después rellenarlo con un material con el propósito de mantener sus funciones al mismo tiempo que se elimina el dolor; por muchos años ha sido la técnica de preferencia para tratar este tipo de enfermedades. Sin embargo, actualmente los científicos han demostrado gran interés en la posibilidad de regenerar la pulpa dentaría en lugar de sólo extirparla.
 
La pulpa dental
 
Los dientes están formados en su exterior por dos sustancias llamadas esmalte y dentina, que hacen a los dientes duros, permitiéndoles realizar la función de triturar los alimentos. En su interior contienen la pulpa dental, que es un tejido suave, encargado de mantener con vida al diente; adentro hay una vena, una arteria, un nervio y varios tipos de células con propiedades responsables de renovar los componentes de los dientes. Debido a su consistencia y a su sensibilidad, la pulpa dental está protegida por el exterior duro de los dientes; cuando una enfermedad como las caries la exponen, es ella la causante del dolor intenso, ya que al ser dañada o infectada es capaz de inflamarse como cualquier tejido del cuerpo.
 
Entre los tipos de células que hay en la pulpa podemos encontrar odontoblastos, encargados de mantener los minerales necesarios para conservar la función y la integridad de la misma, así como de reparar la dentina; también hay fibroblastos, que son las células más abundantes de la pulpa y se encargan de producir y eliminar el colágeno, una sustancia que participa en el sostén del diente, por lo que son importantes para mantenerlo en su lugar. Hay asimismo células del sistema inmune, como las dendríticas y los macrófagos que se encargan de detectar agentes infecciosos y eliminarlos respectivamente con el propósito de evitar una infección. Finalmente tenemos las células pluripotenciales de la pulpa dental, en ellas nos centraremos en el resto del texto.
 
Las células pluripotenciales
 
En las primeras etapas del desarrollo embrionario, cuando nuestro cuerpo se empieza a formar, hay una etapa en la cual nuestras células no tienen ni las características ni las funciones que las hacen ser hueso, músculo, dientes, hígado o cualquier otro tejido del cuerpo, por lo que parecen casi iguales. En esta etapa se les denomina células pluripontenciales, debido a que todavía no adquieren una función específica o habilidades de un tipo particular y son capaces de convertirse en cualquier tipo dependiendo de distintos factores. Conforme avanza el desarrollo, las células empiezan a adquirir las características necesarias para formar todos los tejidos del cuerpo y gradualmente van perdiendo su pluripotencia. A este proceso se le denomina diferenciación es el que al final permite que las células puedan formar un organismo entero con más de doscientos tipos celulares a partir de un óvulo y un espermatozoide.
 
Cuando el ser humano se encuentra completamente desarrollado y las células diferenciadas en las distintas partes del cuerpo —cerebro, médula ósea, músculo, piel, corazón, etcétera— se conserva un número importante de células pluripotenciales comúnmente denominadas células madre, que permiten regenerar los tejidos del cuerpo cuando hay un daño moderado o naturalmente cuando las células cumplen su tiempo de vida y mueren. Cuando son necesarias, el cuerpo activa señales internas que inducen a las células a diferenciarse. En la pulpa dental hay una cantidad importante de células pluripotenciales que tienen gran interés terapéutico, ya que al extraerse y tratarse pueden adquirir cualidades específicas y transformarse en hueso, dentina, pulpa dental u otras partes de los dientes. Por su capacidad para regenerar tejido e incluso restaurar la función, dichas células son objeto de estudio en muchas investigaciones que buscan aprovechar su capacidad de multiplicarse, autorrenovarse y diferenciarse en varios tipos y así darle un nuevo giro a la endodoncia, creando nuevas estrategias terapéuticas que permitan regenerar tejidos dañados o infectados, como la pulpa dental.
 
Biomateriales
 
Un biomaterial es una sustancia que puede ser utilizada con un propósito terapéutico; se coloca directamente en un tejido del cuerpo sin causar una respuesta importante del sistema inmune, sin ser tóxico o cancerígeno, con el fin de reemplazar tejidos vivientes y sus funciones. En condiciones normales, nuestro sistema inmune detecta la presencia de cualquier cosa extraña que ingrese a nuestro organismo y genera una respuesta contra él (por ejemplo la inflamación) con la finalidad de contener, atacar y destruir aquello que podría ser una amenaza para nuestro cuerpo; sin embargo, estos materiales no despiertan tal respuesta, por lo que pueden ser implantados permanentemente dentro de un ser vivo. Algunos de los biomateriales son capaces de crear cambios en nuestro cuerpo y se ha observado que algunas pueden inducir la diferenciación de las células pluripotenciales.
 
La fibrina, rica en plaquetas, es un biomaterial que se encuentra bajo investigación para ser usado en terapias regenerativas. Es un compuesto obtenido de la sangre, que contiene una gran cantidad de plaquetas, factores de crecimiento y leucocitos, además de ser fácil de obtener y de bajo costo. Los factores de crecimiento son sustancias presentes en la sangre y las plaquetas que, cuando son secretadas, poseen la capacidad de inducir el crecimiento de las células, así como su multiplicación e incluso su diferenciación.
 
Este agregado se obtiene cuando la sangre es sometida a un proceso llamado centrifugación, en el cual un rotor gira a velocidad controlada con el propósito de que las plaquetas y la fibrina se separen del suero (la parte líquida de la sangre). La fibrina es una proteína que se encuentra en la sangre y normalmente actúa formando una especie de red para atrapar las plaquetas y producir la formación de coágulos que permiten detener los sangrados. Cuando la sangre se centrifuga, la fibrina conglomera las plaquetas, los factores de crecimiento y los leucocitos en una sola masa de color amarillento.
 
Al ser expuestas las células pluripotenciales de la pulpa dental a dicho biomaterial, éste libera los factores de crecimiento que, a su vez, son capaces de inducir una serie de reacciones en el microambiente en donde se encuentra, las cuales podrían culminar en la diferenciación de los odontoblastos. La nueva propuesta de tratamiento para daños pulpares implica retirar la porción dañada y después agregar un biomaterial, como la fibrina rica en plaquetas, que permita la regeneración de la pulpa mediada por estos mismos odontoblastos.
 
Regenerar y no extirpar
 
La endodoncia ha sido la técnica por excelencia para el tratamiento de enfermedades que dañan la pulpa dental. A lo largo de los años y producto de muchas investigaciones, hemos llegado a comprender cómo los componentes de la pulpa dental participan en su formación y mantenimiento. Es importante continuar el desarrollo de técnicas que permitan darle un nuevo enfoque a los tratamientos de la pulpa dental: preferir la regeneración en lugar de la extirpación. Además de ser un método poco invasivo y de bajo costo, mejoraría la calidad de vida del paciente al conservar la funcionalidad completa de la pieza dental dañada.
 
El desarrollo de más biomateriales que sean capaces de inducir la diferenciación de células podría llevar a la medicina a un paso más allá: hoy se busca la regeneración de la pulpa dental, pero en un futuro, por qué no, buscar la regeneración de tejidos enteros.
 
     

     

     
Ángel Eduardo Ceballos Cruz
Facultad de Medicina,
Universidad Anáhuac-Mayab.
     

     
 
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de flujos y reflujos
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Efectos positivos
del ejercicio cuando
se vive con VIH
 127B07  
 
 
 
René Valdez Mijares,
Cecilia Hernández Flores,
José Arturo Granados y Cosme Silvestre Ortega
 
                     
Los tratamientos antirretrovirales activos son una
excelente opción terapéutica para mejorar la calidad de vida de los pacientes infectados con el virus de la inmunodeficiencia humana (vih), ya que incrementan el número de linfocitos CD4+ y disminuyen la replicación viral. Sin embargo, aunque la prescripción temprana de tratamientos antirretrovirales activos ha demostrado amplios beneficios en este tipo de pacientes, uno de los problemas que siguen presentando es el síndrome de desgaste caracterizado por la pérdida de masa magra corporal.
 
La literatura actual sugiere alternativas que pueden ser empleadas para mejorar la calidad de vida en pacientes seropositivos, entre ellas: ejercicios de resistencia con peso, uso de suplementos alimenticios altos en proteína o terapias de reemplazamiento hormonal. Éstas pueden ser empleadas como apoyo de tratamiento no farmacológico en adultos que consumen retrovirales.
 
Desafortunadamente, los resultados difundidos por los diferentes grupos de investigadores que han llevado a cabo estudios sobre este tema son controversiales: cuentan con un número reducido de pacientes, se reporta falta de apego a la propuesta alterna (ya sea ejercicio o dieta), los pacientes presentan poca motivación para realizar ejercicio aeróbico o anaeróbico, tienen dificultad económica para comprar los tratamientos alternativos por lo que abandonan las terapias, y presentan estados psicoemocionales inestables durante el desarrollo del estudio.
 
La mayoría de los estudios describen que los mejores beneficios de la actividad física se obtienen del ejercicio aeróbico, el cual debe ser adaptado a las posibilidades de estos pacientes y de preferencia debe recomendarse como un programa alternativo a los que se encuentran en los estados iniciales de la enfermedad o en un estadio no muy avanzado de la misma. Sin embargo, pocos son los estudios que indican los beneficios que el ejercicio de resistencia progresivo (con pesas) produce en adultos que viven con vih/sida.
 
Entre los beneficios que se tiene está el aumento de la masa corporal magra con pérdida de tejido adiposo —un parámetro importante en dichos pacientes para contrarrestar las lipodistrofias que presentan al usar por tiempos prolongados los diferentes tratamientos antirretrovirales activos—, un incremento de la condición física y la fuerza muscular, así como el fortalecimiento del sistema inmunológico. También se sabe que la combinación de ejercicio aeróbico y de resistencia puede ayudar en el aumento del peso corporal y la fuerza muscular, a conservar el sistema inmunológico y mejorar el estado psicoemocional del paciente.
 
Por otra parte, existen reportes en la literatura que describen los beneficios que el consumo de suplementos nutricionales altos en proteína (disponibles comercialmente) pueden tener en estos pacientes: la corrección de la pérdida de peso, cambios en la composición corporal, mejoras en su apariencia física, su estado de nutrición y psicológico y, en general, de la salud.
 
Por lo expuesto anteriormente, el objetivo de este trabajo es evaluar los cambios que en un paciente adulto seropositivo al vih que consume antirretrovirales producen los ejercicios de resistencia progresivos en combinación con un suplemento alimenticio alto en proteína sobre el índice de masa magra corporal y los factores inmunológicos/virológicos —una propuesta complementaria a su tratamiento farmacológico.
 
Un caso clínico
 
Inicialmente se reclutaron tres pacientes varones seropositivos al vih/sida, los cuales cursaban con un tratamiento de antirretroviral prescrito. Ninguno de ellos reportó consumir fármacos alternos, tener otra patología, ni presentó cuadro de enfermedades oportunistas. Pero, al final del estudio, sólo un paciente cumplió con el régimen de apego y constancia al tratamiento propuesto.
 
Al inicio del estudio el paciente masculino tenía treinta y dos años de edad, 1.75 m de estatura y 57 kg de peso corporal. Él reportó no haber sido sometido previamente a ningún tipo de tratamiento alternativo para la infección de vih, sólo a un tratamiento farmacológico con antirretrovirales; tampoco reportó algún tipo de complicación o infección oportunista por su padecimiento. Se realizó su historia clínica y una valoración nutricional inicial, se registró su peso, talla, índice de masa corporal y sus hábitos alimentarios, además sus actividades rutinarias de vida y ejercicio.
 
Después de esta valoración se le propuso realizar un programa de ejercicios de resistencia en forma progresiva y el empleo de un suplemento alimenticio alto en proteína (de venta comercial).
 
El diagnóstico nutricional inicial reportó desnutrición leve, por lo que se le prescribió un suplemento multivitamínico, un plan dietético que constó de 3 750 Kcal/día repartidas en cinco servicios de comida y un suplemento alimenticio alto en proteína.
 
De las 3 750 Kcal/día, 750 Kcal fueron aportadas por el suplemento alto en proteína fraccionado en tres colaciones de 250 Kcal cada uno de la siguiente manera: una en el desayuno, otra en el transcurso del ejercicio y la última antes de dormir durante un periodo de doce meses. El aporte total de proteína fue de 2 g/kg de peso corporal por día. Una vez transcurrido este periodo, el paciente fue sometido nuevamente a una valoración clínica y nutricional.
 
El programa de entrenamiento con pesas consistió en tres bloques de cinco a veinte series de repeticiones de presión de pierna, pecho, bíceps, tríceps, espalda y abdomen, desarrollados con máquinas de peso libre y en forma progresiva. La rutina se inició primero dos veces por semana durante una hora, hasta llegar a cinco días a la semana y una hora treinta minutos por sesión a lo largo de doce meses.
 
Durante los veinticuatro meses que duró todo el estudio se realizaron mediciones mensuales de glucosa, triglicéridos y colesterol, así como el peso corporal y los cambios subjetivos de fuerza y resistencia muscular que el paciente manifestó durante las rutinas de entrenamiento.
 
Cada seis meses, el paciente asistió al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias para examinarse con la tecnología de citometría de flujo para recuento celular CD4+, CD8+ (células/µl) y carga viral (Log10 copias/ml).
 
Una mejoría del paciente
 
Al inicio del tratamiento el índice de masa corporal del paciente fue de 18.6, lo que indicaba una desnutrición leve. Durante doce meses el paciente sólo recibió orientación alimentaria de forma regular para el cuidado y seguimiento de su alimentación correcta y el uso de un suplemento alimenticio alto en proteína y sin realizar actividad física extra. Al finalizar este periodo se observó lo siguiente: el índice de masa corporal final fue de 21.22, por lo que se considera que se normaliza su estado nutricional; aumentó 8 kg con respecto del inicio del tratamiento; los parámetros bioquímicos presentaron ligeros cambios; la relación CD4+/CD8+ tuvo un incremento de 0.62 a 0.68; y la carga viral varió de
 
Después, el paciente fue sometido a un programa de ejercicios progresivos de resistencia por doce meses más, al finalizar se observó lo siguiente: hubo una diferencia de peso corporal a favor del paciente de 3.4 kg; el índice de masa corporal final fue de 22.33 (se normalizó su estado de nutrición); la glucosa en sangre y los triglicéridos disminuyeron, el colesterol se conserva dentro de los límites de referencia, la relación CD4+/CD8+ disminuyó ligeramente y la carga viral se reportó indetectable.
 
Un caso a tomar en cuenta
 
Aunque los resultados presentados aquí corresponden a un solo individuo, hay algunos puntos de interés que deseamos comentar.
 
Inicialmente el paciente presentó un peso bajo para su talla, 57 kg, pero al final de los dos años de seguimiento el peso fue de 68.4 kg, este aumento se advirtió después de someterse a ejercicios progresivos de resistencia.
 
La literatura menciona que entre las ventajas de hacer ejercicio de resistencia en forma progresiva está el favorecer un aumento en el peso corporal y una mejoría en la fuerza y la resistencia de los músculos empleados (para este caso, bíceps, pecho, espalda y piernas). Cuando se combinaron los ejercicios progresivos de resistencia con un suplemento alimenticio alto en proteína se observó que el estado nutricional del paciente seropositivo al vih mejoró. Hubo aumento de peso y cambios en el índice de masa corporal.
 
La respuesta inmune del paciente fue otro parámetro de cambio, ya que se observó que las células CD4+, principales afectadas por el vih, se conservaron estables durante el tiempo de la prueba. Por otra parte, se ha reportado que los ejercicios de resistencia progresivos promueven la síntesis de proteína e incrementan la masa muscular magra en comparación con los ejercicios aeróbicos; para lograrlo es importante mantener en la sangre niveles adecuados de aminoácidos que sirvan de sustrato para la síntesis de proteínas musculares. Bajo este principio, a futuro planteamos un soporte nutricional a base de aminoácidos que favorezcan la síntesis de proteína y músculo, principalmente los de tipo ramificado (aminoácidos hidrolizados), lo cual asegurará mejores efectos para el paciente seropositivo al vih.
 
Por otra parte, también se ha reportado que el ejercicio en general puede ayudar a corregir la lipodistrofia del tejido graso que puedan presentar tales pacientes. Para este caso en particular, al inicio del estudio el paciente no presentó acumulación de grasa visceral ni lipodistrofias en ninguna parte del cuerpo (cara o parte posterior del cuello, ni abdomen) ni tampoco al final de los veinticuatro meses de tratamiento.
 
Finalmente, nuestras perspectivas futuras en cuanto a esta línea de investigación abarcan dos puntos: el efecto que el virus de la inmunodeficiencia humana pudiera tener sobre el metabolismo óseo de estos pacientes y el uso de terapias de reemplazamiento de andrógenos en hombres infectados con vih, en ambos casos en combinación con ejercicios progresivos de resistencia.
 
Esta propuesta de programa de ejercicios progresivos de resistencia combinado con un suplemento alimenticio alto en proteína produce cambios que beneficiaron al paciente seropositivo al vih/sida en la composición y ganancia de peso corporal, en el recuento celular de CD4, CD8 (células/µL) y en la estabilidad de la carga viral (Log10 copias), mejorando con ello su estado general de salud.
 
     
Referencias bibliográficas

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René Valdez Mijares
Cecilia Hernández Flores
Servicio de Bioquímica,
Instituto Nacional de Rehabilitación, CDMX.

José Arturo Granados Cosme
Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco.

Silvestre Ortega Peña
Laboratorio de Infectología,
Instituto Nacional de Rehabilitación, CDMX .
     

     
 
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Beneficios de la
actividad física
durante el embarazo
 127B06  
 
 
 
Rafael Zahim Escamilla Ugarte, Víctor Omar Castellanos Sánchez y Sara García Isidoro  
                     
 
La relación entre embarazo y actividad física ha sido estudiada desde tiempos prístinos, sin embargo, los primeros datos bien documentados y de mayor relevancia datan del siglo iii a.c., ya que fue el griego Aristóteles uno de los principales expositores de quienes atribuían los partos difíciles a los estilos de vida sedentarios. No obstante, fue hasta finales del siglo xix cuando se publicó el primer estudio médico con sustento científico que termina por reafirmar lo descrito por el Estagirita. A pesar de ello, se sabe que la mayoría de las mujeres no tiene información verídica referente a la relación entre ejercicio físico y embarazo, y se ha descrito que tan sólo 50 o 40% de las embarazadas realizan actividades físicas de manera regular.
 
El embarazo está considerado como uno de los procesos biológicos que alteran en mayor medida la calidad y la cantidad de modificaciones psicológicas y anatomofisiológicas en la mujer; estos cambios cobran vital importancia si tomamos en cuenta que las alteraciones presentes no sólo involucran el bienestar de la gestante sino que también condicionan el curso del embarazo y la salud fetal, la cual resulta preponderante para la futura madre y para los profesionales sanitarios implicados.
 
A pesar de la evidencia existente sobre los resultados favorecedores y de los beneficios del ejercicio, persiste la idea de que la actividad física conlleva consecuencias nocivas para el feto y que podría ser la responsable de partos prematuros y reducciones en el crecimiento fetal. Sin embargo, hay estudios que demuestran que el ejercicio no sólo mejora el parto, sino que también disminuye ciertas complicaciones del embarazo, entre las que se encuentran la hipertensión y la preeclampsia, que afectan aproximadamente a 8% de las mujeres embarazadas y complican de 2 a 8% de los embarazos totales, por lo que suponen un factor de riesgo de parto prematuro y muerte fetal. Por otra parte, el ejercicio también ha demostrado menguar síntomas como las náuseas y el insomnio, al igual que reduce las intervenciones obstétricas, incrementa el tamaño de los neonatos y atenúa el riesgo de obesidad infantil en el bebé.
 
Se ha demostrado además que el ejercicio regular durante el embarazo mejora o mantiene el estado físico y la imagen corporal en la gestante, promueve también su energía, la fuerza y la resistencia; además, incrementa la salud mental y la calidad de vida en mujeres multíparas, a la vez que ayuda a acelerar la recuperación después del parto. En el niño se ha observado un desarrollo psicomotor superior y un incremento de la maduración nerviosa, de tal forma que los neonatos estudiados resultan capaces de responder mejor ante estímulos ambientales y luminosos, destacando notablemente en la puntuación del test de Apgar y en sus perfiles de humor; además, en estudios posteriores, los niños de madres que se mantuvieron físicamente activas durante el embarazo demostraron mejores resultados en los test de inteligencia y de habilidades de lenguaje oral en comparación con los niños de madres sedentarias.
 
Actividad física
 
El acondicionamiento físico y las alteraciones en el estilo de vida durante el embarazo son actualmente reconocidos como factores predisponentes en el bienestar y la salud; dichos factores podrían establecer modificaciones en la mujer no sólo a lo largo del embarazo, sino también durante el resto de su vida. Los centros para el control y la prevención de enfermedades, el departamento de salud y servicios humanos, el Colegio Americano de Medicina del Deporte y otras instituciones canadienses, danesas, británicas y australianas recomiendan un promedio de treinta minutos diarios de actividad física con una intensidad de 40 a 50% de vo2max (cantidad máxima de oxígeno) sin sobrepasar 150 latidos por minuto. Se recomienda ejercicios tales como el ciclismo estático, la caminata, la natación y programas generales de ejercicios en el piso. Como deportes contraindicados podemos citar el buceo, los deportes de contacto, los deportes en altitud o el levantamiento de peso. A su vez, está indicado el stretching (estiramiento) y el método de facilitación neuromuscular (el cual parece beneficiar el trabajo de las contracciones durante el parto), pues permite mejorar la flexibilidad de todas las articulaciones del cuerpo, ayudando a aliviar dolores de espalda y calambres propios de la hiperlordosis que pueden afectar a la gestante. Sin embargo, algunos autores consideran que lo ideal sería que cada mujer embarazada se sometiera a un programa de ejercicio individualizado en el que, con ayuda de un profesional de la salud, se tome en cuenta el mes de gestación, las características físicas y los antecedentes personales.
 
Todo parece indicar que si el ejercicio físico no supera el umbral de lo moderado y si la gestante posee un buen estado de salud no cabría esperar la posibilidad de riesgos anatómicos o fisiológicos en el feto ni en la grávida, lo cual descarta cualquier compromiso sanitario involucrado con el ejercicio materno. Sin embargo, sí habría que guardar precauciones respecto de los deportes de contacto, el entrenamiento en altitud y el buceo. Asimismo, se recomienda que las mujeres que practican deportes de alto impacto o levantamiento de pesas modifiquen su entrenamiento y sus rutinas, pues actividades anaeróbicas podrían incidir negativamente en el aporte de oxígeno al feto.
 
Merece la pena recordar que un embarazo sano y un parto exitoso no solamente están influenciados por la actividad física realizada durante el periodo prenatal, sino que en algunos casos resulta de mayor importancia tener un estilo de vida saludable, una dieta adecuada y un correcto estado emocional previo, por lo que tampoco se deben descuidar tales variables.
 
Finalmente
 
A pesar de las discusiones y divergencias respecto de la actividad física durante el embarazo, la evidencia indica que la realización de ejercicio físico moderado durante la gravidez posee la capacidad para menguar los riesgos de parto e incrementar los beneficios en la salud del feto y la gestante, tanto a corto como a largo plazo. Por otra parte, los programas de ejercicio físico personalizado contribuyen a reducir el riesgo de presentar patologías (como la preeclampsia o la hipertensión) capaces de provocar un parto prematuro y muerte fetal, facilitando así la adaptación de la mujer a su nuevo estado y proporcionando altos beneficios para el proceso de parto.
 
Resulta importante que los fisioterapeutas y proveedores de atención sanitaria se eduquen y promuevan los beneficios del ejercicio regular durante el embarazo y la actividad física libre de riesgo en las mujeres embarazadas. No obstante, la mayoría de las investigaciones consultadas coinciden en que hace falta estudios de mayor precisión y con mejor sustento científico para demostrar resultados sólidos.
 
     
Referencias bibliográficas

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Koushkie, J. et al. 2011. “Relationship between Daily Physical Activity During Last Month of Pregnancy and Pregnancy Outcome”, en Iran Red Crescent Med J., vol. 13, núm. 1, pp. 15-20.
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Zhang, J. y D. A. Savitz. 1996. “Exercise during pregnancy among US women”, en Ann. Epidemiol., vol. 6, núm. 1, pp. 53-59.
     

     
Rafael Zahim Escamilla Ugarte
Víctor Omar Castellanos Sánchez
Sara García Isidoro
Instituto Profesional en Terapias y Humanidades, Puebla.
     

     
 
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¿Cuál es la importancia
de conocer la genealogía
en
enfermedades multifactoriales
como la diabetes mellitus?
127B05  
 
 
 
Daniel Sierra Morales  
                     
La diabetes mellitus es un síndrome caracterizado
por la alteración del metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas, una falta de secreción de insulina y disminución de la sensibilidad de los tejidos a dicha hormona. Existen dos grandes tipos de diabetes mellitus: la diabetes tipo 1, también denominada diabetes mellitus insulinodependiente, que se debe a la falta de secreción de insulina; y la diabetes tipo 2, también denominada diabetes mellitus no insulinodependiente, causada inicialmente por una menor sensibilidad de los tejidos efectores a las acciones metabólicas de la insulina, que se conoce como resistencia a la insulina.
 
El metabolismo de todos los principios inmediatos se altera en ambos tipos de diabetes mellitus. El efecto esencial de la ausencia de insulina o de la resistencia a la misma sobre el metabolismo de la glucosa consiste en que las células, con excepción de las del encéfalo, no absorben ni utilizan de modo eficiente la glucosa. El resultado es un incremento de la glucemia, un descenso progresivo de la utilización celular de la glucosa y un aumento en la utilización de las grasas y proteínas.
 
La diabetes tipo 1 y tipo 2 tienen causas diferentes; sin embargo, existen dos factores que son sumamente importantes en ambas: se hereda una predisposición a la enfermedad y luego hay un elemento desencadenante en el entorno, es decir, no bastan los factores genéticos. Una prueba de ello son los gemelos que tienen genes idénticos, pero cuando uno de ellos tiene diabetes tipo 1 al otro le da la enfermedad sólo la mitad de las veces. Cuando uno de los gemelos tiene diabetes tipo 2, el riesgo del otro es a lo más 3 de 4.
 
Diabetes tipo 1
 
Este tipo de diabetes provoca una deficiencia en la producción de insulina por las células beta del páncreas. La lesión de las células beta del páncreas o enfermedades que alteran la producción de insulina pueden causar una diabetes de tipo 1. Las infecciones víricas y los trastornos autoinmunes podrían contribuir a la destrucción de las células beta en muchos enfermos con diabetes de tipo 1, pero la herencia también desempeña una función primordial que determina la vulnerabilidad de estas células a su destrucción. En algunos casos podría existir una tendencia hereditaria a la degeneración de las células beta incluso sin participación de una infección vírica ni enfermedad autoinmune.
 
El riesgo genético de presentar diabetes mellitus tipo 1 es el siguiente: si es un hombre con diabetes tipo 1, las probabilidades de que su hijo tenga diabetes son 1/17. Si es una mujer con diabetes tipo 1 y dio a luz antes de los veinticinco años, el riesgo de que su hijo padezca esta enfermedad es 1/25; si lo tuvo después de los veinticinco, el riesgo de su hijo es 1/100. El riesgo aumenta el doble si la persona que tiene diabetes la padece antes de los once años de edad. Si la madre y el padre tienen diabetes de tipo 1, el riesgo está entre 1/10 y 1/4. Hay una excepción a estos datos, aproximadamente 1 de cada 7 pacientes con diabetes tipo 1 tiene una afección llamada síndrome poliglandular autoinmune tipo 2. Además de presentar diabetes, estas personas también tienen problemas en la tiroides y un mal funcionamiento a nivel de las glándulas suprarrenales; otras personas sufren trastornos del sistema inmunitario. Si se tiene el síndrome poliglandular autoinmune tipo 2, el riesgo de que a su hijo le dé el síndrome, incluyendo la diabetes tipo 1, es de 1/2, es decir, tiene una probabilidad de 50% para contraerlo.
 
La mayoría de las personas blancas con diabetes tipo 1 tienen los genes HLADR3 o HLADR4; si el padre y el hijo son de raza blanca y comparten estos genes, el riesgo de su hijo es más alto.
 
Una prueba especial sobre la respuesta del cuerpo a la glucosa puede indicar cuáles niños en edad escolar corren un riesgo más alto de obtener diabetes tipo 1.
 
Diabetes tipo 2
 
Este tipo de diabetes provoca resistencia a los efectos metabólicos de la insulina. La diabetes tipo 2 es mucho más frecuente que la tipo 1 y representa alrededor de 90% de todos los casos de diabetes mellitus. En la mayoría de los pacientes, la diabetes tipo 2 se manifiesta después de los treinta años, sobre todo entre los cincuenta y sesenta años, y se desarrolla de manera gradual, por lo que ha recibido el nombre de diabetes de aparición en el adulto. Sin embargo, desde hace unos años se asiste a un aumento progresivo del número de pacientes más jóvenes, algunos menores de veinte años. Parece que esta tendencia obedece sobre todo a la creciente prevalencia de la obesidad, el factor de riesgo más importante para la diabetes tipo 2, tanto en los niños como en los adultos.
 
El desarrollo de la diabetes tipo 2 suele ir precedido de obesidad, resistencia a la insulina y “síndrome metabólico”. Al contrario de la diabetes tipo 1, la tipo 2 se asocia con un aumento en la concentración plasmática de insulina (hiperinsulinemia), que es la respuesta compensadora de las células beta del páncreas a la disminución de la sensibilidad de los tejidos efectores a los tejidos metabólicos de la insulina; este fenómeno es conocido como resistencia a la insulina. La reducción de la sensibilidad a la insulina altera la utilización y el almacenamiento de los carbohidratos, eleva la glucemia e induce un incremento compensador de la secreción de insulina.
 
Algunos estudios indican que el número de receptores de insulina es menor en las personas obesas que en las delgadas, sobre todo en el músculo esquelético, el hígado y el tejido adiposo. Sin embargo, parece que la mayor parte de la resistencia a la insulina se debe a anomalías de las vías de señalización que relacionan la activación del receptor con múltiples efectos celulares.
 
La resistencia a la insulina forma parte de una serie consecutiva de trastornos que se conoce como “síndrome metabólico” y que, entre otras cosas se caracteriza por: obesidad, sobre todo con acumulación de grasa abdominal, resistencia a la insulina, hiperglicemia en ayunas, anomalías de los lípidos con aumento en triglicéridos en la sangre y disminución del colesterol unido a la lipoproteína de alta densidad, e hipertensión.
 
La sensibilidad genética y los factores ambientales interaccionan en muchas formas distintas de manera que éstos, junto con un aporte calórico excesivo o el sedentarismo, pueden ser responsables de la aparición de las anomalías metabólicas o del daño de las células beta, mientras que los factores genéticos intervienen en la regulación de la velocidad de progresión a diabetes manifiesta.
 
Una estrategia poderosa para identificar las variantes genéticas que predisponen a la diabetes tipo 2 consiste en investigar su asociación con la enfermedad en poblaciones humanas; en la versión más sencilla de estos estudios, se compara la distribución de los alelos de un locus polimorfo entre casos no emparentados con diabetes tipo 2 y controles no diabéticos representativos de la población en la que han aparecido casos. Toda diferencia significativa en la distribución de los alelos entre los casos y los controles puede considerarse un indicio de que este polimorfismo u otro asociado con él contribuye a la sensibilidad de la diabetes tipo 2.
 
El término mody fue introducido por primera vez en 1975 para designar una diabetes parecida a la de tipo 2 con un inicio precoz y un patrón de herencia autosómico dominante. Ahora se sabe que algunas formas de diabetes autosómica dominante pueden aparecer después de los veinticinco años y que el patrón de herencia es más importante para el diagnóstico que la edad de aparición.
 
Pese a la frecuencia relativamente elevada de mutaciones del receptor de la insulina en los síndromes de resistencia intensa a la insulina, parece que la variabilidad genética en el gen receptor de la insulina interviene en las formas comunes de la diabetes tipo 2. Algunos estudios demostraron diversos polimorfismos en las regiones codificantes, los cuales afectan la secuencia de aminoácidos, demostrando una frecuencia mayor en los sujetos con diabetes tipo 2, por lo que este tipo de diabetes es común en ciertas familias. Esta tendencia se debe a que los niños aprenden malos hábitos de sus padres como: mala dieta y falta de ejercicio, pero también hay un aspecto genético. Si alguno de los padres tienen diabetes tipo 2, el riesgo de que a su hijo se le presente diabetes es de 1/7 si se le diagnosticó antes de los cincuenta años. Tiene una probabilidad de 1/13 si se le diagnosticó después de los cincuenta años.
 
Algunos científicos creen que el riesgo de un niño es mayor cuando es la madre la que tiene diabetes tipo 2. Si ambos padres tienen diabetes tipo 2, el riesgo de su hijo es de aproximadamente 1/2.
     
Referencias bibliográficas

Aguilar Cordero, M.J., et al. 2015. Diabetes mellitus materna y su influencia en el neurodesarrollo del niño. Nutrición Hospitalaria, vol. 32, núm. 6.
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Daniel Sierra Morales
Universidad Anáhuac Mayab.
     

     
 
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Información nutrimental las etiquetas de los productos 127B04  
 
 
 
Inés Gutiérrez Jaber  
                     
México es a la fecha uno de los países con mayor
índice de obesidad en adultos, niños y adolescentes. Esto se debe en parte a que la dieta de los mexicanos está cada vez más basada en productos prefabricados que generalmente contienen altas cantidades de azúcares añadidos, grasas y sodio. Esto, aunado a una educación nutricional deficiente, al bombardeo constante de publicidad de productos industrializados y los intereses económicos de las grandes empresas de alimentos, ha ocasionado un aumento inigualable de enfermedades relacionadas con la obesidad. Es por ello que se han comenzado a implementar políticas de prevención para reducir su impacto, incluyendo medidas para mejorar la información nutrimental en el etiquetado de alimentos y bebidas prefabricadas.
 
Se considera que el etiquetado de alimentos es una herramienta fundamental para comunicar al consumidor la información nutricional del producto que va a adquirir. En 2010 se puso en marcha una política nacional llamada “Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, Estrategia Contra el Sobrepeso y la Obesidad (ANSA)”; como parte de este, algunas empresas como PepsiCo Inc., The Coca Cola Company y Kellogg’s Comapny se incorporaron a un proyecto que propone utilizar una forma especial de etiquetado en sus productos, conocida como etiquetado frontal gda (Guías Diarias de Alimentación), con el objetivo de brindar información útil a los consumidores que les permita tomar mejores decisiones en cuanto a los productos que consumen.
 
El proyecto para poner en marcha este tipo de etiquetado se llama “Checa y Elige: Claves de Nutrición” y comenzó a ser utilizado en enero de 2011 por empresas del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico), quienes señalaron que esta iniciativa nos coloca a la vanguardia mundial en regulación alimentaria, ya que Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea utilizan esta forma de etiquetado. A pesar de este esfuerzo, diversos estudios internacionales han demostrado que este tipo de etiquetado no es eficiente para ayudar a los consumidores a tomar buenas decisiones alimentarias, principalmente porque es confuso y difícil de comprender. Un estudio realizado en países europeos demostró que solo 35% de los sujetos entendían qué indican los porcentajes indicados en el etiquetado.
 
El etiquetado nutrimental de productos procesados en México está regulado por la NOM-051-SCFI/SSA1-2010, en donde se indica que es obligación de las empresas etiquetar sus productos. Sin embargo, no existe ninguna norma que regule cómo se presenta la información, ni que asegure que los consumidores serán capaces de comprender en su totalidad la información proporcionada por la etiqueta. El Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública se dio a la tarea de realizar un análisis profundo sobre el etiquetado frontal gda. Como parte de este estudio encuestaron a 112 estudiantes de distintos semestres de la carrera en Nutrición para analizar el nivel de comprensión que estos tenían del etiquetado frontal; basados en la noción de que cuentan con un mayor conocimiento sobre nutrición y debería ser fácil para ellos interpretarlo.
 
Limitaciones del etiquetado
 
El etiquetado frontal gda se define como una guía impresa que indica la cantidad de energía en kilocalorías (Kcal) que tiene un producto, así como los valores de grasas, grasas saturadas, sodio y azúcares, haciendo referencia al porcentaje que representan estos nutrimentos del porcentaje total de una dieta promedio de 2000 Kcal diarias, valor máximo recomendado de ingesta. Dichos nutrientes son reportados ya que la ingesta excesiva de ellos está asociada con la prevalencia de enfermedades como diabetes mellitus, hipertensión arterial y dislipidemias.
 
El consumo máximo de estos nutrientes es declarado en porcentajes y son conocidos como porcentaje gda (%gda). Estos fueron creados por un grupo de fabricantes de alimentos del Reino Unido, quienes reunieron información sobre recomendaciones nutricionales de diversas fuentes para generar valores de consumo máximo para hombres y mujeres de diversos grupos de edad, distinguiendo entre niños, adolescentes y adultos. Sin embargo, los valores gda acordados para usar en el etiquetado no son los mismos que los establecidos por este grupo; estos no distinguen entre hombres y mujeres y mezclan valores de los distintos grupos de edad.
 
Una importante limitación de este etiquetado es que no distingue entre máximos y mínimos, no hacen distinción entre los límites superiores de consumo para grasas, azúcares y sodio, mientras que para fibra y micronutrientes los valores propuestos corresponden al mínimo que un individuo debe consumir. Además, los valores del etiquetado se utilizan indistintamente para niños y adultos, inclusive en productos dirigidos específicamente a niños, los valores utilizados como referencia son aquellos de adultos. Algunos ejemplos de estos productos son Choco Krispis y Nesquik.
 
También, el gda ignora las recomendaciones mundiales de la OMS y las Recomendaciones de Ingestión de Nutrimentos para la Población Me-xicana Para Adultos Sanos. Recomienda un total de 70 gramos de grasas totales, cuan-do en promedio un adulto sano consume máximo 50 gramos al día. Recomienda un valor máximo de 6 gramos de sal al día, a pesar de que estudios científicos recomiendan que se consuman máximo 4 gramos diarios. En relación con el con-sumo de azúcares, la OMS recomienda que se consuman máximo 28.2 gramos provenientes de frutas, 17.5 gramos provenientes de lácteos y 50 gramos provenientes de azúcares adicionados, sumando un total de 95.7 gramos de azú-cares totales, mientras que el gda recomienda 35 gramos de azúcares provenientes de frutas, 10 gramos provenientes de lácteos y 55 gramos de azúcares adicionados. En el etiquetado indican el porcentaje con relación a los azúcares totales, a pesar de que la fuente de azúcares de sus pro-ductos es únicamente de azúcares adicionados, los consumidores podrían interpretar erró-neamente que 90 gramos de azúcares diarios son saludables, incluso si estos provienen únicamente de azúcares adicionadas.
 
Por otro lado, el etiquetado frontal gda utiliza tamaños de porciones arbitrarias que varían entre productos y cuando en un envase hay más de una porción, declaran los porcentajes nutrimentales de una sola, llevando a los consumidores a confundirse y pensar que los porcentajes declarados son con relación al total de porciones del envase. Por si fuera poco, el etiquetado gda selecciona de forma arbitraria cuáles nutrimentos incluir y cuáles excluir. En algunos casos, como en All Bran Original de Kellogg’s, se incluyen los porcentajes de nutrientes como hierro, vitamina B1 y zinc, mientras que en otros se deja fuera el contenido de kilo-calorías y grasas por porción.
 
Sin embargo, la mayor limitación de este etiquetado es que no se consideran la educación, ni el tiempo como factores que influyen en su comprensión. Se ha demostrado que el mal entendimiento del etiquetado se correlaciona con un bajo nivel de habilidades matemáticas y que incluso personas con alto nivel tienen dificultades para comprenderlo.
 
Encuesta a estudiantes
 
En el estudio del Instituto Nacional de Salud Pública para evaluar la comprensión del etiquetado frontal gda, se entrevistó a 112 estudiantes de Nutrición de distintos semestres de una escuela privada. Las preguntas hacían referencia al significado de los porcentajes gda, la comprensión del número de porciones por envase o paquete, la valoración de la calidad nutricional de un producto y al tiempo utilizado para interpretarlo.  
 
En cuanto al significado de los porcentajes, encontraron que 67.9% conocen el etiquetado gda, sin embargo, solo 12.5% lo definen correctamente. Cuando se les presentaron etiquetas de productos de una sola porción, 83% respondieron correctamente que contenían alto contenido de sodio y 66.1% que contenían alto contenido de grasas saturadas. Pero cuando se les presentaron etiquetas de productos con más de una porción, solo 43.8% fueron capaces de identificar que tenía más de una porción; 31.7% contestaron correctamente la cantidad total de Kcal y 14% contestaron correctamente cuál era el contenido de azúcar en la mitad del envase en etiquetas con más de una porción.
 
Se les presentó, sin que supieran que trataba de ese producto, la etiqueta de pan blanco Bimbo y 59.8% lo clasificaron como un producto saludable y 54.5% respondieron que lo consumirían de una a cuatro veces por semana. Sobre el tiempo utilizado para evaluar los productos fue de 3.34 minutos, sin considerar si las respuestas estaban bien o mal. 68.8% respondieron incorrectamente las preguntas, mientras que solo 1.8% respondieron bien todas las preguntas. Además de que, a mayor número de respuestas correctas, mayor tiempo les tomaba contestarlas.
 
Estos resultados demuestran que el etiquetado frontal gda no es la mejor opción para comunicar información nutricional a la población mexicana ya que puede ocasionar que productos industrializados no recomendables sean percibidos como saludables por los consumidores. Es tan confuso, que como parte del programa “Checa y Elige” se ha incluido una aplicación que enseña a niños y adultos a sumar y a realizar los cálculos necesarios para poder interpretar adecuadamente la información proporcionada.
 
Otros sistemas de etiquetado
 
Existen otros dos tipos de sistemas de etiquetado frontal: los sistemas de resumen y los sistemas de información por grupo de alimentos. Los sistemas de resumen hacen una evaluación global del producto en relación con el contenido nutrimental y su objetivo es proporcionar a los consumidores una forma escoger alimentos de mayor calidad nutricional sin tener que procesar información matemática a detalle. Los de información por grupo de alimento enfatizan determinados grupos de alimentos o componentes de un producto, suelen fomentar el consumo de frutas y verduras y productos lácteos bajos en grasa.
 
En 2016, el gobierno chileno lanzó una de las campañas más agresivas y ambiciosas para combatir la obesidad en su país. Prohibieron la venta de comida chatarra en primarias y secundarias, obligaron a las empresas a eliminar imágenes amigables como el conejo del cereal Trix, bajo la noción de que esto incentiva a los niños a relacionar imágenes positivas con productos que son sumamente dañinos para la salud. Seleccionaron una forma de etiquetado que informa de manera global la calidad de un producto, declarando si es alto en grasas saturadas, azúcares, sodio y calorías.
 
Este y otros ejemplos nos invitan a reevaluar nuestro sistema de etiquetado y proponer uno que sea transparente, accesible y efectivo para comunicar la información que necesitan los consumidores para reconocer productos convenientes para su salud. Además, de escoger un etiquetado con las características anteriormente mencionadas, podría incentivarse a las empresas a mejorar las fórmulas de sus productos y adoptar un perfil más saludable. Si a ello se suma una mejor educación nutricional a toda la población, la obesidad podría comenzar a disminuir poco a poco y a cobrar cada vez menos vidas.
     
Nota

Este texto se elaboró con base en trabajo siguiente:
Stern, D., Tolentino, L., y Barquera, S. 2011. Revisión del etiquetado frontal: análisis de las Guías Diarias de Alimentación (GDA) y su comprensión por estudiantes de nutrición en México. Instituto Nacional de Salud Pública.

E
n la red

https://goo.gl/TXWgW8
     

     
Inés Gutiérrez Jaber
Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México.
     

     
 
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