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Los primeros animales
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Sergio Pablo Uriquiza Bardone y Fernando José Carezzano
 
                     
Comparados con los otros seres vivos, los animales
son organismos mucho más complejos en su anatomía, funcionamiento y comportamiento, y además exhiben una sorprendente diversidad. Estas características siempre han intrigado al ser humano y lo han llevado a formularse una serie de preguntas sobre los orígenes de las mismas. ¿Cuáles fueron los primeros animales?, ¿cuáles y cómo eran los primeros sistemas de órganos y cómo evolucionaron?
 
Al menos hasta el momento, los animales son el reino con mayor número de especies conocidas, si bien es cierto que los monera y protistas recién ahora están comenzando a ser estudiados con mayor profundidad. Históricamente se les estudiaba según su morfología y conducta, más accesibles, pero desde el siglo xix se hicieron grandes avances en el conocimiento de su fisiología. También en dicho siglo se comenzó a aceptar la evolución biológica gracias a los trabajos de Darwin y Wallace, lo que cambió radicalmente la visión de los seres vivos, incluyendo la de los animales. Esta visión sufrió nuevas mutaciones a partir de la década de los setentas del siglo xx, cuando se produjo una nueva revolución conceptual y metodológica debido a la utilización de técnicas moleculares que posibilitaron comparar los genes y genomas de organismos muy diferentes y distantes evolutivamente. Esto permitió acercarse, en principio, al orden y al tiempo de ramificación de las principales líneas del reino animal, además de conocer los genes y los mecanismos moleculares subyacentes a la formación del cuerpo de los organismos y de la evolución del mismo. No obstante lo dicho, la exacta naturaleza de las relaciones entre genes, genomas y características morfológicas, los momentos de ramificación, la topología del árbol evolutivo, así como las relaciones filéticas entre algunos grupos basales o simplificados secundariamente es aún intensamente debatida.
 
Relaciones evolutivas
 
Durante mucho tiempo se incluyó en el reino animal a los protozoarios, también llamados hasta hace unos años “animales unicelulares”. Sin embargo, desde hace un tiempo se hizo necesario separarlos y crearles su propio reino: protista. Tal agrupamiento refleja, en parte, cierta relación entre ambos grupos de organismos, porque los coanoflagelados, que son parte de los protistas, dieron origen a los primeros animales.
 
Pero, ¿qué es un animal? Una posible respuesta sería: organismos eucariotes heterótrofos pluricelulares, con diferenciación celular intrasomática, que alcanzó una complejidad mucho mayor que en otros reinos. Así se excluyen hongos, plantas, protistas y monera. Sin embargo, no siempre las definiciones son exactas, e incluso sería un problema porque eliminaría ciertas excepciones que son justamente los fenómenos y eventos que merecen ser explicados. Como sea, el reino animal incluye una serie de grupos de especies que comprenden organismos con ciertos modelos anatómicos muy similares, los cuales conforman un plan corporal básico o Bauplan. Estos grupos son llamados filos (phylum en latín) y existen unos treinta y cinco (cifra siempre cambiante), divididos en clases, órdenes y así en adelante hasta llegar a especie. Por otra parte, el plan anatómico de cada filo se halla muy diferenciado del de los otros, por lo que es difícil encontrar relaciones morfológicas entre ellos. La causa de esto no está muy clara, por lo que existen básicamente dos posiciones encontradas para explicar dicha situación, aunque ambas podrían ser verdaderas en diferentes casos. La primera propone que, como los filos se originaron hace varios cientos de millones de años y evolucionaron independientemente por mucho tiempo, los últimos ancestros en común entre los filos más cercanos se extinguieron hace mucho y por esto no pueden encontrarse los fósiles de sus ancestros comunes; además, la acumulación de cambios durante tanto tiempo impide encontrar claras relaciones entre filos emparentados. La segunda postula que en verdad no se encuentran modelos intermedios entre los filos porque cada uno de estos se originó en forma más o menos rápida mediante reorganizaciones corporales y genéticas relativamente bruscas.
 
Los primeros animales
 
El primer animal habría sido un organismo pluricelular: el Urmetazoo, originado de un protozoo. En aquél se habrían generado diversas características como varios tipos de uniones celulares, una matriz extracelular y una membrana basal, lo cual habría permitido la adhesión entre las diferentes células y con las presas y el medio, posibilitando la aparición de la multicelularidad. A su vez, desde este estadio o quizás en él mismo, se habrían diferenciado diversos tipos celulares que, con el tiempo, llegarán a generar los tejidos animales típicos: conectivo, epitelial, nervioso y muscular. Posteriormente, de dicho animal apareció el llamado Urbilateria (el primer animal Urbilateria) del que derivan la mayoría de los animales actuales, que son bilaterales, exceptuando las medusas. Dichos animales poseen un lado izquierdo y otro derecho y están cefalizados, poseen una concentración de estructuras sensoriales y efectoras en la cabeza. Se considera que esto es un “avance evolutivo”, o sea, que se alcanzó un nivel de complejidad morfológica y funcional mayor.
 
A partir de Urbilateria se habrían originado los ancestros de los actuales protostomados (caracoles, lombrices e insectos, entre otros) y de los deuterostomados (estrellas de mar, anfioxos y vertebrados). Ésta sería otra gran dicotomía en la historia evolutiva, ya que ambos grupos poseen planos corporales muy divergentes a pesar de compartir numerosos genes y secuencias de desarrollo embrionario.
 
Sin embargo, ni el Urmetazoa ni el Urbilateria han sido descubiertos y la naturaleza morfológica, funcional y genómica de los mismos se infiere a partir de la comparación de animales y sistemas actuales o fósiles. Por esto mismo, la discusión en torno a tales tópicos es muy intensa, dado que además brinda una visión integrada, aunque especulativa, de cómo comenzó y prosiguió la evolución de los ancestros de los animales, humanos incluidos. Esta discusión incluye el origen de la metamería o segmentación corporal, del celoma, de los ojos y de los apéndices locomotores pares, del sistema nervioso central, de la boca, del ano y de los riñones, entre otros, lo cual da para otros artículos sobre el tema.
 
     
Referencias bibliográficas

Urquiza Bardone, Sergio P. y Fernando J. Carezzano. 2013a. “Las uniones celulares y la emergencia de los animales”, en The Biologist, vol. 11, núm. 2, pp. 353-363.
_____. 2013b. “El origen evolutivo de la segmentación y los ojos”, en Boletín Biológica, núm. 29, pp. 26-30.
Urquiza Bardone, Sergio P., Fernando J. Carezzano y Franco A. Ludueña. 2012. “Relaciones evolutivas del sistema nervioso”, en Boletín Biológica, núm. 25, pp. 12-16.
     
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Sergio Pablo Urquiza Bardone
Fernando José Carezzano
Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales,
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
     
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cómo citar este artículo 
 
Urquiza Bardone, Sergio Pablo y Fernando José Carezzano. 2016. Los primeros animales. Ciencias, núm. 120-121, abril-septiembre, pp. 124-126. [En línea].
     

 

 

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