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Los animales silvestres arrancados de la naturaleza: ayuda al alcance de nuestras manos |
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Magdalena Cadena Aguilar |
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La Tierra está atravesando la sexta extinción
biológica masiva, las especies de plantas y animales están desapareciendo de diez a cien veces más rápido de lo que tardarían normalmente. Recordemos que la extinción es un evento natural que afecta a los organismos; sin embargo, la destrucción del hábitat, la expansión territorial de los asentamientos humanos, la caza furtiva y el cambio climático están provocando que la extinción sea alarmantemente rápida. México no se escapa de esta tendencia, en la NOMO-59-SEMARNAT-2010 se hace mención de 3 148 especies de flora y 1 704 de fauna en alguna categoría de riesgo de desaparecer. Por otro lado, si se considera que nuestro país se caracteriza por una gran variedad de climas, plantas y animales que se pueden observar en nuestra vida cotidiana, ya sea en un paseo por la carretera o en excursiones a zonas naturales. Lo anterior hace posible el contacto con los animales silvestres; ante esta situación es recomendable que todos conozcamos el procedimiento a seguir en caso de encontrar a alguno de ellos o querer poseer uno como mascota. Es importante recordar que la fauna silvestre ha sido definida por la semarnat como: todos los animales no domésticos (venado, armadillo, liebres, codorniz, faisán, cocodrilo, iguana y víbora, etcétera) que viven, crecen y mueren en los bosques, selvas y desiertos de México y no necesitan de cuidado del hombre. Cada año se venden ilegalmente artículos hechos de piel de reptil y mamífero, además de animales vivos como: monos, aves y peces, para tenerlos como mascota; sin embargo, para poseer cualquier animal en casa es necesario evaluar las condiciones que requerirá a lo largo de su vida como: espacio suficiente para sus actividades naturales (volar, saltar), alimento adecuado, entre otras. Para lograr lo anterior, nos podemos auxiliar de profesionales como: médicos veterinarios, biólogos y ecólogos especialistas en el tema. En México, en caso de querer una especie silvestre como mascota se debe solicitar una autorización ante la semarnat, siempre y cuando el comportamiento del animal le permita convivir con el hombre en un ambiente doméstico bajo manejo y no represente riesgos físicos, sanitarios ni de seguridad para sus propietarios o cualquier otra persona u otros animales. Desafortunadamente, no siempre se cumple con la normatividad y el tráfico ilegal de especies abarca desde la extracción del animal de su ambiente natural, su traslado a algún lugar, su compra y venta, hasta su tenencia no autorizada. El comercio ilegal se puede encontrar en mercados, bazares, tiendas de mascotas, puestos en carreteras, casas e internet. Las víctimas de este delito son los animales, que en su mayoría mueren mucho antes de ser comprados, ya que viven en condiciones deplorables. En ocasiones el comprador no tiene interés por la calidad de vida del ejemplar o simplemente se presenta la ocasión de adquirir algún animal, producto o subproducto del mismo; algunos realizan la adquisición con la intención de brindarle mejores condiciones de vida. Comprar por compasión no es la solución, ya que fomenta que continúe el comercio. Resulta indispensable mantenerse informado y actuar procurando el bienestar de los animales, los recursos naturales y la salud pública. Existen centros para la Conservación e Investigación de la Vida Silvestre (civs, ver recuadro) donde reciben y rehabilitan animales silvestres heridos, enfermos o huérfanos que son entregados voluntariamente o fueron rescatados o decomisados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (profepa) o la Procuraduría General de la República (pgr). La intención de tales centros es el cuidado y, en ocasiones, la liberación controlada de un animal (o grupo de animales) en la naturaleza, o su reubicación en espacios más adecuados. Intentan, además, ralentizar la extinción de dichas especies de animales y proteger el ambiente, priorizando la conservación de la fauna endémica de México. Algunas veces los humanos intentamos devolver a la naturaleza a tortugas, peces, serpientes y otras mascotas no convencionales, lo cual no resulta fácil porque es necesario considerar aspectos esenciales para su supervivencia. Aquí mencionamos algunos de éstos: a) origen. Se deben liberar animales en un lugar donde existan recursos necesarios en su dieta, similares al de su origen; por ejemplo, si un animal es de clima frío, como un oso polar, difícilmente sobreviviría en la selva pues no va a encontrar alimento adecuado para sus necesidades y lo más seguro es que tendrá mucho calor y no resistirá; b) disponibilidad de recursos. Es necesario estimar el número de animales que se puede liberar de acuerdo con los recursos disponibles en el ecosistema. Si hay más de los que el medio soporta, se saturará y se quedará sin recursos que ofrecer (presas, frutas, agua); c) necesidades de la especie. El espacio para los animales debe ser adecuado, ya que es elemental conocer el número de individuos por unidad de área. Lo anterior depende de cómo se desplaza el animal (el jaguar corriendo, una rana saltando, un murciélago volando), cuántos individuos viven juntos (solitarios o en manadas), cómo se comporta cada especie (reptiles, aves, arácnidos, mamíferos o anfibios). d) Relación con los humanos. Los hábitos de las especies pueden ir en contra de las costumbres humanas, como cuando la especie en peligro se alimenta de ganado o de los productos agrícolas de los habitantes de lugares aledaños a su hábitat. Eso ocasiona que a los pobladores les sea más conveniente eliminarla, por lo tanto se deben mediar las interacciones de las especies para coexistir; e) conocimiento del tema. Se debe contar con conocimientos acerca de los procedimientos de liberación mencionados de la especie en cuestión o similares para prever la problemática que se puede presentar con ganaderos, cazadores, agricultores y otros; f) adaptación. Al introducir a un animal en un lugar que no es su hábitat original, éste se adapta o no al mismo. Cuando los animales se adaptan pueden llegar a representar una amenaza, ya que su alimentación arrasa con plantas y otros animales que forman parte del ecosistema desde el principio. Por el contrario, pueden no adaptarse a los recursos ahí presentes y morir de hambre; g) disponibilidad de recursos económicos suficientes. Los proyectos de liberación generalmente implican costos elevados que son subsidiados por instituciones públicas o privadas; y h) tenencia responsable. El cumplimiento de la normatividad correspondiente, convenios locales y otros. La liberación planificada en el hábitat natural de los animales puede requerir un entrenamiento previo (liberación suave) o carecer de él (liberación dura). Dicho entrenamiento consiste en adoptar el comportamiento instintivo que se desarrolla de manera natural en vida libre. Además, les permite a los animales sobrevivir en el medio ambiente. Por lo tanto, éstos deben ser capaces de: 1) temer y evitar a los humanos. En cautiverio muchas veces existe una interacción con personas que los alimentan, limpian, etcétera. Sin embargo, dejar que los humanos se acerquen puede resultar contraproducente para el animal, pues en vida libre esto favorece a un cazador o alguien que importune al espécimen; 2) reconocer y evitar a sus depredadores. En cautiverio no hay depredadores, por lo tanto el animal debe aprender a reconocerlos y a reaccionar al posible peligro; 3) adquirir y procesar los alimentos. Si el animal no es capaz de reconocer y conseguir alimento adecuado a sus necesidades, así como de procesarlo (pelar la fruta, no comer determinados huesos), no sobrevivirá; 4) interactuar apropiadamente con otros de su especie. La reproducción es parte esencial de la conservación de especies e implica comportamientos específicos para llegar al apareamiento y posterior cuidado de las crías (dependiendo de la especie), así como cuidado de los miembros de la manada (en caso de pertenecer a una); 5) encontrar o construir refugios y nidos. Los animales necesitan un lugar seguro para descansar y mantener a las crías protegidas, para lo cual deben poder reconocer un refugio potencial y utilizarlo; y 6) orientarse y moverse sobre un terreno complejo. Deben ser capaces de huir de depredadores y catástrofes naturales u ocasionadas por el hombre. Después de liberar a los animales, durante semanas o meses se lleva un registro de algunos o todos los ejemplares que se dejaron en libertad. Entre los aspectos a considerar se encuentran los siguientes: presencia de heridas, enfermedades, desnutrición o sobrepeso, zona de desplazamiento y establecimiento, muertes, etcétera. Existen métodos directos (observar a los animales, telemetría, gps) e indirectos, aunque son menos confiables (registros de huellas o excretas). La liberación controlada de especies silvestres es una herramienta de conservación importante para muchos animales, lo cual puede ser de gran utilidad para procurar su subsistencia. Cada ser vivo juega un papel significativo en el equilibrio del medio ambiente, por lo que resulta indispensable que los seres humanos desarrollemos una nueva actitud hacia la naturaleza. Los programas de crianza en cautiverio son sólo una parte de la respuesta pero también es indispensable preservar el ambiente, ya que para poder llevar a cabo liberaciones debe existir hábitat disponible donde colocar a los animales. |
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Referencias bibliográficas Castellanos, C. A. 2006. “Extinción. Causas y efectos sobre la diversidad biológica”, en Revista Luna Azul, núm. 23, pp. 33-37. Choperena, M. C. y N. J. Mancera. 2016. “Lineamientos para el seguimiento y monitoreo post-liberación de fauna silvestre rehabilitada”, en Rev. U.D.C.A Act. & Div. Cient., vol. 19, núm. 2, pp. 411-424. Espunyes, J. 2012. Reintroducción de especies amenazadas. Problemáticas y recomendaciones. Universidad Autónoma de Barcelona.Fisher, J. y D. B. Lindenmayer. 2000. “An assessment of the published results of animals relocations”, en Conserv. Biol., vol. 96, pp. 1-11. Harrington, L., et al. 2013. “Conflicting and Complementary Ethics of Animal Welfare Considerations in Reintroductions”, en Conserv. Biol., vol. 27, núm. 3, pp. 486-500.Jiménez, S. C., et al. 2014. “México país megadiverso y la relevancia de las áreas naturales protegidas”, en Investigación y Ciencia, vol. 22, núm. 60, pp. 16-22.Kaeslin, E., I. Redmond y N. Dudley. 2013. La fauna silvestre en un clima cambiante. FAO, Roma. Ministerio del medio Ambiente. 1998. Colombia First National Report. Ministerio del Medio Ambiente, Bogotá. semarnat. 2009. Manejo de Vida Silvestre. semarnat, Ciudad de México. Serio Silva, J. 2011. La translocación y reintroducción en el manejo y conservación de las especies, Manual de técnicas para el estudio de la fauna. Universidad Autónoma de Querétaro, Instituto de Ecología. A. C., Xalapa. |
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Magdalena Cadena Aguilar Maestría en Ciencias en Manejo de Fauna Silvestre de la Universidad del Mar, Campus Puerto Escondido, Oaxaca |
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