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Los musgos plantas pequeñas, pero con
un gran papel en la naturaleza
137B01  
 
 
 
María del Rocío Alcántara González y Felipe Arath Macías López  
                     
Los musgos pertenecen a un grupo llamado
científicamente Bryophyta (sensu stricto). Al igual que el resto de las plantas, son verdes porque contienen clorofila, un pigmento que necesitan para realizar la fotosíntesis, proceso donde fabrican sus propios alimentos y energía. Son pequeños, su tamaño varía de 0.5 milímetros a 3 centímetros generalmente, aunque existen algunos que llegan a medir hasta 50 centímetros, como ciertas especies del género Dawsonia, pero desafortunadamente son poco comunes. Se propagan fácilmente cuando hay mucha humedad en el ambiente, su crecimiento, desarrollo y reproducción son tan rápidos y efectivos que producen grandes colonias, que pueden parecer alfombras, césped o tapetes en los bosques y otros ecosistemas donde desempeñan papeles muy importantes. 

Antes de pasar a la función que tienen los musgos en los ecosistemas, es necesario aclarar primero, qué es un ecosistema. Un ecosistema es.  un sistema completo (en el sentido de la física), donde se incluyen no sólo el complejo formado por organismos (animales, plantas y todo lo que tenga vida), sino también todos los factores físicos que forman lo que denominamos ambiente (como la temperatura, altitud, propiedades del suelo, propiedades fisicoquímicas del agua, etcétera). Los sistemas formados así, es decir, los ecosistemas, son las unidades básicas de la naturaleza, ya que en éstos se da el manejo y flujo de energía que logra hacer posible la vida. En este concepto de ecosistema, los componentes biológicos y físicos del ambiente constituyen un sistema único, que siempre está interaccionando.

Después de estas definiciones un poco técnicas, tratemos de aterrizar de una manera más sencilla el concepto. Imaginemos un bosque, en el hay gran diversidad de organismos, hay musgos, helechos, gimnospermas, angiospermas, insectos, mamíferos, reptiles y una larga lista de organismos más, pero también en el bosque hay un clima muy particular que está definido por una cierta temperatura, humedad, presión, que es característica del lugar y que no se compara con otro ecosistema, como un desierto que tiene sus características bióticas y abióticas particulares que lo diferencian de un bosque; el conjunto de todo eso es un ecosistema.

En los ecosistemas hay una clasificación de los organismos que nos ayuda a entender cómo funciona la energía que existe ahí, y es que hay dos tipos de organismos: autótrofos y heterótrofos. Los organismos autótrofos (también llamados organismos primarios) son aquellos que usan sustancias inorgánicas para generar su propio alimento, como las plantas, entre ellas los musgos, que mediante la fotosíntesis integran energía al ecosistema; sin ellas tal energía no estaría disponible para el resto de los organismos (los heterótrofos). En muchas ocasiones los musgos pueden dominar la producción primaria en algunos bosques boreales, contribuyendo en promedio de 20 a 50% de energía que entra al ecosistema (figura 1).

Nutrimentos para otras plantas

Todos los organismos necesitan nutrimentos para cumplir sus funciones biológicas, como crecer, respirar y demás procesos que son vitales. Las plantas los adquieren de suelos, rocas, cortezas, materia orgánica y otros sustratos, así como de la atmósfera. Debido a sus características químicas, muchos de estos nutrimentos no se encuentran disponibles tan fácilmente para las plantas vasculares (helechos, gimnospermas y angiospermas) porque tienen una baja eficiencia en la absorción de nutrimentos como nitrógeno y fósforo.

El nitrógeno es abundante en la atmósfera pero bajo esa forma química no puede ser utilizado por la mayoría de las plantas; sin embargo, existen algunas especies, clasificadas en los musgos, helechos, gimnospermas y angiospermas, que se asocian con cianobacterias cuya facultad es la de transformar este nitrógeno atmosférico en una forma química que la mayoría de las plantas sí puedan emplear en sus procesos metabólicos, es el caso de las especies del grupo de los llamados musgos de turbera, Sphagnum (figura 2). En cuanto al fósforo, los musgos participan en su captación porque pueden absorberlo en forma de fosfatos de manera más eficiente en relación con otras especies de plantas vasculares, por lo que su papel es esencial en la incorporación de este nutrimento a los ciclos biogeoquímicos del ecosistema. 

Los musgos participan en los ciclos naturales de ambos elementos, por lo tanto, facilitando su entrada al ecosistema. Pero, ¿cómo ocurre esto? Al momento de morir, los musgos se descomponen y se reintegran a la tierra, es conocido que se descomponen más rápido que el resto de las plantas, lo cual permite la disposición de nutrimentos de manera constante y más  rápida en relación con otros organismos; además, los musgos participan en la meteorización de las rocas.

Microambientes y ecosistemas

Otra manera en que los musgos contribuyen al ecosistema es formando microambientes, es decir, sistemas aislados donde se conservan algunas condiciones como temperatura y humedad que pueden ser distintos al clima en general. Esto se debe a que los musgos crecen formando grandes colonias o  “tapetes”, lo cual favorece la conservación de algunas características ambientales particulares. Los organismos que aprovechan tales condiciones proporcionadas por los musgos van desde algunos microscópicos, como algas, hongos, rotíferos, incluso tardígrados, hasta otros más grandes como líquenes, helechos, angiospermas (cactáceas, bromelias y orquídeas), artrópodos (arácnidos e insectos) y vertebrados (pequeños mamíferos, reptiles, aves y anfibios). Además, cumplen con una función importante resguardando los huevos de algunos invertebrados, semillas de angiospermas, gimnospermas y esporas de helechos y hongos (figura 3).

Asimismo, muchas veces, por meras condiciones geológicas o incluso la mano del hombre, algunos ecosistemas suelen deteriorarse y desaparecer, pero dejan un lugar nuevo para ser ocupado por colonizadores; en ese lapso de establecimiento de nuevos organismos, ciertas especies desempeñan el papel de pioneras porque sólo necesitan el espacio que ya existe para poder crecer y reproducirse, lo cual es clave y necesario para que más especies puedan posteriormente establecerse y habitar ese lugar, después de que las pioneras lo hicieron disponible para otras especies. Dentro de dichas especies pioneras están los musgos, que pueden colonizar tales lugares por sus características: su pequeño tamaño, que le permite hacer frente a la erosión eólica e hídrica que comúnmente es alta en sitios sin cobertura vegetal como en los ecosistemas perturbados o lugares inhabitados; además, no requieren un suelo profundo, es decir, crecen en superficies con poca disponibilidad de nutrimentos, ya que los absorben por todo su cuerpo y, a la vez, los rizoides participan en la erosión de la roca o la superficie madre en que se encuentran para formar sustrato. Por último, su ciclo de vida corto permite que se complete únicamente con la interacción de factores físicos, como la precipitación y el viento que facilitan su fecundación y dispersión. Se ha observado que especies de géneros como Sphagnum y Pogonatum (figuras 2 y b) mantienen características físicas en los ambientes tales como temperatura, concentración de oxígeno, agua y nutrimentos en los suelos, las cuales conforman las condiciones que favorecen que otras especies puedan establecerse en un hábitat perturbado. Finalmente, contribuyen en gran medida  a disminuir la pérdida de la biodiversidad y cumplen un papel importante en la conservación y formación de los ecosistemas.

Conclusión

Los musgos son plantas que tienen un gran papel en la naturaleza, son importantes para la entrada de energía a los ecosistemas, son clave en la absorción de nutrimentos al hacer que estén disponibles y puedan ser usados por otros organismos; sirven para que una gran variedad de especies vivan en condiciones óptimas y logren completar su ciclo de vida; pueden ser especies pioneras e incluso mantienen características para establecer nuevos ecosistemas o para que ecosistemas perturbados se recuperen. Sin embargo, en algunos lugares de México es común que el musgo sea extraído de su hábitat para utilizarlo como planta de ornato (decorativa), lo que resulta en un daño que podría afectar el funcionamiento de un ecosistema. Como el papel ecológico de los musgos es fundamental en múltiples procesos biológicos, su preservación y conservación es imprescindible en diversos ecosistemas para evitar la pérdida masiva de biodiversidad.
     
Agradecimientos

Agradecemos enormemente el apoyo de la Dra. Susana Valencia por la revisión del escrito y sus comentarios tan enriquecedores, a la optativa de Briofitas y Pteridofitas donde comenzó todo este proyecto y agradecer especialmente a Felipe de Jesús Eslava-Silva y Ana B. Adame-González por su apoyo, comprensión y paciencia en la realización de todo el artículo.
     
Referencias bibliográficas

Gornall J. L., I. S. Jonsdottir, S. J. Woodin y R. Van der Wal. 2007. “Arctic mosses govern below ground environment and ecosystem processes”, en Oecologia, vol. 153, pp. 931–941.
     Smith, T. M. 2015. Elements of Ecology, 9th Edition. University of Virginia. Pearson. Turetsky, M. R., M. C.
     Mack, T. N. Hollingsworth y J. W. Harden.  2010. “The role of mosses in ecosystem succession and function in Alaska’s boreal forest”, en Canadian Journal of Forest Research, vol. 40, pp. 1237–1264.
     Turetsky, M. R., et al. 2012. “The resilience and functional role of moss in boreal and arctic ecosystems”, en New Phytologist, vol. 196, pp. 49-67.
     


     
María del Rocío Alcántara González  y Felipe Arath Macías López
Estudiantes de Biología
en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, 
Universidad Nacional Autónoma de México.
     

     
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