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Quehacer científico. Estrategias y estilos de trabajo.

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Quehacer científico.
Estrategias y estilo de trabajo.
 
 
 
Juan Luis Hidalgo Guzmán.
Casa de las Ciencias del Estado
de Oaxaca - IEEPO, Oaxaca. 2014.
 
                 
Conviene empezar la presentación y discusión de los
ensayos sobre el quehacer científico, con la exposición detallada de qué se entiende por estrategias y estilo de trabajo; también ha de ser útil, ilustrar las referidas concepciones básicas, en el caso particular de la idea estrategias didácticas y estilos docentes, delimitando la discusión al trabajo de los maestros de escuelas básicas; pues tal expresión se suele utilizar, para referirse al papel de ésos, en la organización de experiencias de aprendizaje escolar.
 
Para mostrar que la expresión estrategias y estilo de trabajo es consistente para hacer un análisis crítico y una recuperación del papel de los hombres y mujeres de ciencia, consideramos conveniente y además pertinente, recurrir a las concepciones mencionadas, para desarrollar una explicación sobre los logros del aprendizaje escolar. Para decirlo con precisión, se propone que los estudiantes también construyan estrategias de aprendizaje y de vida, cuando participan de manera efectiva en experiencias de aprendizaje escolar.
 
Por otra parte y para apreciar los alcances explicativos de la expresión estrategias y estilo de acción, se pueden tratar los logros básicos que suelen tener y expresar los seres humanos, cuando acometen y superan los retos y riesgos de las situaciones vitales que les impone su desarrollo biológico y la cultura en la que nacen y viven: darse un lugar en las relaciones de apego; conquistar el espacio de su estar y hacer, mediante la locomoción; desarrollar el habla y participar en conversaciones para construir versiones de acontecimientos que le dan sentido a su existencia; construir una teoría de la mente para establecer relaciones con sentido humano, anticipar intenciones y jugar con la verdad y la mentira; hacer amigos para disponer de relaciones de ayuda, ciertamente decisivas en la conquista de sistemas simbólicos de la cultura.
 
Al parecer, hoy queda fuera de toda duda, que enfrentar, acometer, participar, asumir y superar los retos que imponen los acontecimientos emergentes en las situaciones vitales, exige que los sujetos construyan estrategias, en las que se sintetizan todos los aprendizajes, y expresen un estilo de acción que sustente el uso de aquellas, para tal uso, sea pertinente, eficiente, versátil y competente.
 
En resumen, elaborar una concepción fuerte y consistente de estrategias y estilo de trabajo; hacer uso de ésa en la discusión sobre las estrategias didácticas y los estilos docentes; y mostrar, que es un sustento en la elaboración de proposiciones sobre el papel de los estudiantes, en la construcción de estrategias de aprendizaje y vida, cuando participan de manera efectiva en experiencias escolares, puede ponernos en condiciones (necesarias y suficientes) para efectuar una recuperación crítica del trabajo de quienes acometieron retos y vivieron proezas en el quehacer científico.
 
Si logramos reconstruir algunos procesos del quehacer científico, por sencillos que sean, estaremos en condiciones de rescatar rasgos de las estrategias y estilos, propios del trabajo particularmente ingenioso de investigación, de la elaboración meticulosa y crítica de conceptos, modelos y teorías, del trabajo de explotación de mundos misteriosos y extraños, pletórico de aventuras y riesgos; en fin, será posible hacer un inventario de las estrategias y estilos de trabajo de quienes fueron decisivos en la construcción de la cultura científica en la historia.
 
También se infiere que desde las estrategias y estilos del trabajo científico, se pueden pensar, desde otra perspectiva, las posibilidades del aprendizaje escolar y elaborar nuevos conceptos y propósitos en relación con las experiencias que viven los estudiantes.
 
En los lejanos comienzos de la investigación educativa, en la década de los ochentas del pasado siglo, se propuso el término estrategia para referirse a la articulación circunstancial y ciertamente eficiente, de procedimientos o pasos para resolver un problema o salir de una situación riesgosa; es decir, con la palabra estrategia, se alude a la invención de maneras de trabajar y no, por cierto, a la aplicación metódica de actividades.
 
Para decirlo de otro modo, en el caso de las estrategias de trabajo, se inventa una manera de proceder, sobre la marcha de los acontecimientos y, las actividades propuestas, no se limitan a procesos formales, ni se ajustan a una secuencia lógica.
 
Vale aclarar que la invención de procedimientos y, la toma de decisiones, según las circunstancias, no implican improvisación, ni aquellos son una mera cuestión de suerte. La estrategia más bien alude a la necesidad de responder sobre la marcha a la emergencia de ciertas condiciones imprevistas, que en su momento el sujeto considera que son un obstáculo y que no se pueden superar con el uso de métodos formales.
 
En todo caso, la estrategia es una manera de proceder, que se considera más adecuada que los métodos formales, para asumir las circunstancias y los contextos; aunque, en cada paso o momento, sea necesario hacer retornos al problema y reflexionar en serio sobre las causas y las consecuencias.
 
Por lo que toca a los contenidos de las estrategias, se puede proponer en primer lugar un inventario de recursos. Para proceder con base en la estrategia, y de acuerdo con el problema planteado, se revisa tal inventario para elegir algunos recursos, de acuerdo con su disponibilidad, acceso y posibilidades de uso eficiente; dicho de otro modo, la selección de un recurso se decide de acuerdo con criterios para decidir su pertinencia y la utilidad o, en caso contrario, se desecha, porque se considera innecesario, intrascendente o poco útil para acometer la resolución del problema planteado o la superación de algún obstáculo, según los objetivos y las circunstancias.
 
Es casi obvio aseverar, de acuerdo con las ideas expuestas, que en el inventario de recursos que constituyen una estrategia, algunos son producto de la reflexión de experiencias propias, consideradas valiosas o formativas; es decir, con base en la reflexión, se suelen valorar algunos recursos, por su sentido heurístico o, porque en su momento, fueron decisivos para plantear y resolver algún problema. Estos recursos suelen denominarse empíricos.
 
Otros recursos suelen ser apropiados, porque se los considera útiles de acuerdo con las experiencias de otras personas; adquieren relevancia porque se consideran buenas noticias, alusivas a la resolución de problemas destacadamente difíciles. Éstos también son empíricos; pues su soporte refiere a las experiencias de otros. Vale aclarar, que la recuperación de estos recursos no es asunto de mera imitación, por lo contrario, ha de pasar por la reflexión crítica y el análisis profundo.
 
Suele haber una tercera situación en lo que se refiere a los recursos de una estrategia. Hay problemas que pueden considerarse propias de la investigación científica; entonces los recursos que se van elaborando para resolverlos, presentan una estructura conceptual con cierto grado de formalización.
 
Estos recursos se denominan teóricos y tienen capacidad de explicar de manera clara los problemas; sin embargo, presentan un nivel de generalidad, que para hacer uso de ellos, se requiere analizar a fondo el problema que se pretende resolver, para evitar extrapolaciones y generalizaciones no pertinentes.
 
En resumen, los recursos que forman parte del inventario personal, pueden clasificarse en dos grandes grupos: los recursos empíricos, propios de la experiencia de uno mismo o que son apropiados de las experiencias de otros, porque se asume que son útiles; por otra parte, están los recursos teóricos que suelen ser producto del trabajo académico y científico y, acaso lo más importante, que suelen presentarse mediante proposiciones breves, casi consignas; son explicaciones profundas y detalladas; están organizados con base en estructuras conceptuales y, en ocasiones, cumplen las condiciones para ser considerados modelos formales.
 
La complejidad de las estrategias se hace manifiesta, no sólo por la diversidad de los recursos empíricos y teóricos; también porque en ocasiones el sujeto que afronta un problema, suele moverse en función de conjeturas, especulaciones teóricas y ocurrencias; éstas, por lo común, resultan tanteos absurdos; pero, en circunstancias impensadas suelen ser oportunas y válidas; particular y extrañamente útiles.
 
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(Fragmentos de la Introducción).  
   

 

 

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