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Mezcales y
diversidad
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Conabio, México, 2006.
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Las lenguas indígenas de nuestro territorio nombraron
estas plantas que los españoles llamarían maguey, y Agave sería su nombre científico, acuñado por el naturalista sueco Carl von Linneo en su obra Species Plantarum en 1753. Actualmente se reconocen cerca de 200 especies de Agave, todas americanas, y poco más de la mitad se encuentran exclusivamente en México. La riqueza del género Agave en nuestro país se debe a que este linaje surgió hace unos ocho millones de años, en los territorios del altiplano mexicano. De este centro de origen sus especies se diversificaron y ampliaron su distribución gracias a su metabolismo y a las interacciones que establecieron con sus polinizadores. Los grupos humanos que se establecieron en aquellas regiones desarrollaron uno de los principales centros agrícolas de América. Al aprovechar los magueyes, estos pueblos hicieron de México su centro de domesticación y diversificación mediante selección humana. En desiertos, bosques y selvas; del nivel del mar a las altas montañas; en paisajes silvestres, rurales e industrializados, las poblaciones de más de un centenar de especies de Agave ocupan múltiples espacios en el campo mexicano. Este mapa incluye información sobre la identidad y la distribución de las principales especies del género Agave que se aprovechan para producir mezcales. Se elaboró con base en datos que provienen de ejemplares de magueyes recolectados en nuestro país desde 1865 y depositados en el Herbario Nacional que resguarda la Universidad Nacional Autónoma de México, así como en otros herbarios de México y el mundo. Dichos ejemplares identificados por expertos son un respaldo sólido para describir y nombrar las especies, así como para conocer su distribución. Integrar esta información es sólo un primer paso para diferenciar mejor nuestros mezcales desde el punto de vista biológico y geográfico. Conocer la diversidad de paisajes mezcaleros, magueyes y prácticas de producción tradicionales e innovadoras, nos ayuda a valorar la conservación de este patrimonio que se mantiene vivo en manos de numerosas comunidades. Su aprovechamiento sustentable en el medio rural no es un asunto meramente ecológico: las comunidades requieren opciones para su desarrollo socioeconómico compatibles con las culturas regionales en las que el mezcal es protagonista.
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Fragemento de la Introducción. | ||||||||||||||
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como citar este artículo →
Conabio. 2008. Mezcales y diversidad. Ciencias núm. 91, julio-septiembre, p. 74. [En línea].
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