revista de cultura científica FACULTAD DE CIENCIAS, UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
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Hortensia González Gómez y Rodolfo García Sámano
     
               
               
La característica más significativa de nuestro tiempo es
la industrialización, la cual ha facilitado el arribo de la ciencia y la tecnología, en mayor o menor grado, a todos los sectores de la producción y de la vida. A principios de siglo, muchos veían en este desarrollo industrial la promesa de una vida feliz y próspera para la humanidad entera. Sin embargo, en la actualidad, ha sido demostrado histórica y científicamente que esa felicidad y prosperidad sólo son posibles para un grupo más reducido de personas a costa de la miseria de la inmensa mayoría de la población y del deterioro de la biósfera, si la industrialización se realiza en el marco de la producción capitalista. De acuerdo con Marx, la relación de los hombres con la naturaleza depende de sus propias relaciones y asociaciones para satisfacer sus necesidades;1 y la producción capitalista se basa en una relación irracional de explotación del hombre y de la naturaleza. Por si existiese duda, a diario se nos brindan muestras de cómo opera el sistema: el lanzamiento al mar de toneladas de cereales para evitar el descenso de su precio, cuando se proclama el hambre por la sobrepoblación; la contaminación creciente y peligrosa del medio por falta de tratamiento y control de desechos industriales y urbanos; aumento del deterioro de la salud física y mental del hombre con incremento de las enfermedades “modernas”, debido a la desorganización en el trabajo y en la urbanización. Por todo esto es claro el fracaso del sistema capitalista.
 
En términos ecológicos, a toda esta serie de fenómenos se le conoce como “ruptura del equilibrio de los ecosistemas”, pero el problema de su restablecimiento trasciende los marcos de la Ecología y debe entenderse en términos de una transformación social. Es claro, por otra parte, que las distintas formas de explicarla dependen del compromiso que se tenga con el statu quo y las más de las veces las “explicaciones” tienden a desviar la atención del problema central, exonerando así a la estructura capitalista.
 
Ejemplo palpable de esta visión deformada es la política de salud ambiental de México, que afirma que sólo se conseguirá una solución a la crisis ambiental cuando la tasa de natalidad disminuya y la producción agrícola aumente. Si alguna vez se ha concebido la necesidad de un cambio de estructura económica se ve como algo inalcanzable y sólo se proponen ideas alternativas que permitan perpetuar las condiciones existentes.
 
Podemos reconocer varias formas en que el proceso industrial afecta la ecósfera y altera el equilibrio ecológico. Revisemos las etapas que, de manera general, comprende dicho proceso:
 
1. Extracción de materias primas renovables y no renovables.
2. Transformación o procesamiento de materias primas para la obtención de mercancías.
3. Distribución en el mercado de los productos elaborados.
 
Cada una de las etapas tiene diferentes tipos de incidencia sobre la naturaleza. En la primera, por ejemplo, se dan los casos de sobrexplotación de los recursos que traen como consecuencia la alteración del ecosistema por aumento de plagas, cambios microclimáticos, simplificación, erosión, etcétera. También en los trabajadores de la industria extractiva se presentan afecciones biológicas (infecciones, alergias químicas), según la naturaleza de la materia prima.
 
En la etapa de transformación, el nivel de afectación de la naturaleza se concentra en la fábrica y zonas aledañas, donde las condiciones laborales alteran la salud de los trabajadores con diferentes agentes causales (físicos, químicos y biológicos), que en ocasiones afectan a la población en general al ser arrojadas al ambiente como humos, gases, aguas tratadas, calor, radioactividad, etcétera.
 
El transporte de los productos al mercado implica el uso de vehículos automotores, que contaminan el ambiente por el tipo de combustible que emplean y por su número creciente. Pero no sólo la producción y circulación de mercancías, aún su consumo es causante indirecto de daño a la salud del hombre y su medio, por el efecto de las innumerables sustancias de desecho que la producción capitalista, sin control, lanza a la biósfera.
 
Es evidente que para estudiar estos problemas no se debe perder de vista este contexto global. Además, estos problemas trascienden el nivel puramente biológico, por lo que su solución se dará sólo cuando los obreros se liberen definitivamente de la explotación capitalista, alcanzando otras relaciones de producción que garanticen la salud del hombre y la planeación social de la explotación y conservación de los recursos naturales. Pero también debe ser evidente que las investigaciones a realizar han de orientarse a la comprensión y sistematización de los efectos y trastornos biológicos producidos por falta de planeación en el desarrollo industrial, y darlos a conocer a los trabajadores, quienes con su propia participación y organización colectiva, pueden contribuir a la agudización consciente de las contradicciones sociales y forzar su solución.
 
Por otra parte, aunque algunos de los efectos nocivos han sido ya, por una u otra razón, objeto de mayor estudio, análisis y hasta divulgación o denuncia, el estado de salud de los trabajadores se ha divulgado muy poco, sin duda debido a su directa trascendencia política, pues se trata de las condiciones en que se realiza la venta de fuerza de trabajo.
 
De aquí nuestro interés de revisar más a fondo la problemática de la seguridad e higiene industriales.
 
En México, como en otros países, el Estado y las empresas son los encargados del tratamiento “oficial” de los problemas de salud laboral. En el sentido ideológico este tratamiento se basa en los postulados tecnocráticos y humanistas de las escuelas estadounidense, noruega y francesa. Cuando el capitalismo se encuentra en una posición de fuerza y preponderancia, predominan los enfoques meramente tecnocráticos que consideran al hombre como un simple recurso más en el proceso productivo, como la materia prima, la maquinaria. etc. Según la afirmación del creador de la Administración Científica, Friedrick Taylor, “el obrero medio es tan flemático y estúpido, que más se parece al buey en su configuración mental que a cualquier otro ser…".2 Por otra parte, Bloomfield define la seguridad industrial como una “…verdadera técnica encargada principalmente de prevenir accidentes…”, definición que implica el hecho técnico de mantener bajo control a recursos empleados en el proceso productivo, como son la mano de obra, la materia prima, etc.3 No falta por supuesto la responsabilización del trabajador por accidentes o enfermedades de trabajo “…ya sea por su ignorancia, por influencia del medio social en que se desenvuelve, o a sus propios defectos personales” o por algo tan absurdo como “la temeridad tradicional tan característica del mexicano” (Ibid).
 
La solución tecnocrática de estos problemas implica represión y discriminación del trabajador en forma velada como “adiestramiento, exámenes médicos de admisión y periódicos, campañas de concientización, etcétera…” (Ibid). Tal concepción ha llegado a ser tan aberrante, inclusive para la reproducción de la fuerza de trabajo que compra el capitalista, que han surgido otras posiciones, como la siguiente:
 
Cuando hay auge de las organizaciones o movilizaciones de los trabajadores, el problema de la salud de éstos se enfoca de manera radicalmente distinta, aunque no por ello menos clasista; se torna humanista y liberal; destaca la participación de los obreros en consejos o comisiones de “autogestión obrera”, pero siempre supeditados a las necesidades de la producción y costos de las empresas, y siempre como “experimentos temporales que estimulan a los trabajadores”, (véanse los trabajos de "Humanización del trabajo" de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social). Claramente se trata de una forma de enajenación o neutralización de las organizaciones obreras y sus posibilidades revolucionarias. (Tal es el caso, en nuestro país, de las comisiones mixtas de seguridad e higiene, o las delegaciones sindicales para seguridad industrial).
 
Respecto a los accidentes de trabajo, esta escuela humanista considera que implican un factor humano, como síntoma de algo mas complejo; son “una arca distorsionada del sistema socioeconómico”,4 ya que los accidentes de trabajo son más frecuentes en las fábricas grandes, con medidas de seguridad y administración científica (tayloriana), y se reducen a medida que las condiciones laborales son de tipo artesanal.5 Se considera que la causa de esto es “el tedio y la frustración a la que está sujeto el trabajador, con trabajos monótonos e irracionales para su mente, y expresamente sofisticados y eficientes para el productor” (Ibid).
 
De las posiciones señaladas resulta evidente la tendencia a individualizar los problemas de salud laboral, considerando al hombre como el núcleo del problema y negando la capacidad de respuesta colectiva a los trabajadores.
 
A pesar de todos los intentos y esfuerzos hechos bajo las concepciones anteriores, para controlar las condiciones de salud laboral en México, éstas se han deteriorado en función de la creciente irracionalidad de la actividad productiva y de la falta de posibilidades para mantener un control estricto y permanente. A continuación, una lista (incompleta) de ejemplos: 1) Aumento del numero de riesgos de accidentes de trabajo durante los últimos años; 2) Desconocimiento del número real de casos de cada enfermedad laboral; 3) Aumento incontrolado y desconocido en el numero de sustancias tóxicas empleadas en la industria.
 
Vale la pena tocar un poco más a fondo un ejemplo particular; el del plomo. Este metal pesado ocupa tradicionalmente los primeros lugares como agente causal de enfermedades laborales. El plomo produce el saturnismo, que es una enfermedad de gran incidencia en el país, principalmente entre los trabajadores metalúrgicos, mineros, refinadores de petróleo y otros.
 
Para destacar la importancia de ese metal en la producción basta con ver la siguiente tabla que indica las industrias que mayormente utilizan plomo:
 
– Industria papelera
– Industria química orgánica y petroquímica
– Industria de fertilizantes
– Refinerías de petróleo
– Acerías de base y fundiciones
– Fábricas de base de metal sin hierro
– Industria de baterías eléctricas
– Cerámica y pintura
– Imprentas
– Municiones, soldadura y cableado
– Industria automotriz
 
Y para comprender la magnitud de los daños que este metal puede producir en el organismo humano, basta ver la siguiente tabla, donde se destacan los principales síntomas de la intoxicación saturnina en sus fases temprana y tardía.
 
                                              Fase temprana
Pérdida de capacidad física
Perdida de peso y talla
Fatiga
Cefalagia
Dolores óseos y musculares
Dolores gástricos
 
                                               Fase tardía
Cólico saturnino, calambres gástricos
Parálisis de nervios periféricos
Falta de memoria y concentración
Vértigo
Inquietud
Cefalea
 
Y como daños generalizados podemos mencionar efecto inhibidor sobre algunas enzimas; efectos sobre el metabolismo de ADN, proteínas y piruvatos, etcétera.
 
Encontramos, entonces, en solo una enfermedad laborar, un extenso campo de investigación por realizar. No se sabe, por ejemplo, como es que el plomo destruye las vainas de mielina de las células del sistema nervioso, ni tampoco cuáles son los efectos carcinogénicos y mutagénicos del metal y menos aún, cuáles son las concentraciones máximas permisibles de exposición para los trabajadores mexicanos.
 
Si ahora pensamos en el creciente desarrollo industrial que trae consigo una enorme cantidad de productos sintéticos que se incorporan a la industria y al consumo, algunos potencialmente tóxicos y otros de los que no se sabe nada acerca de su efecto sobre los seres vivos; si pensamos en la población obrera de nuestro país (alrededor de 6 millones de trabajadores) expuestas a uno o varios riesgos por las condiciones de trabajo y la proporción de ellos que pueden recibir atención médica; si revisamos las pocas estadísticas que existen acerca de las enfermedades laborales más frecuentes en nuestro país; si revisamos la bibliografía científica referente al estado actual de conocimientos sobre los tóxicos más utilizados en la industria, nos encontraremos, sin duda, frente a un amplio campo en el que los investigadores y estudiantes de Ciencias pueden hacer mucho.
     
 
Notas
 
1. Marx, K., Trabajo asalariado y capital, ed. Progreso. Moscú.
 
2. Citado en Bluestone I., Worker participation in decision making, trabajo presentado en la “Conferencia sobre problemas, estrategia y programas de una Economía Política”, Washington, D.C., 1973.
 
3. Bloomfield, J. 1959. Introducción a la Higiene Industrial, Ed. Reupte, México.
 
4. “Humanización del trabajo”, documento de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, México.
 
5. Córdova, C.A., “La dimensión humana del accidente de trabajo”, en Condiciones de trabajo, núm. 1, México, pp. 3-11.
 
     
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Hortensia González Gómez y
Rodolfo García Sámano
Pasantes de la carrera de Biología
Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México.
     
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cómo citar este artículo
González Gómez, Hortensia y García Samano, Rodolfo. 1982. “La salud en el ambiente y el trabajo”. Ciencias núm, 1, enero-febrero, pp. 18-20. [En línea]
     

 

 

       
 
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Laboratorio
de enseñanza de las
matemáticas
R01B03
Nota de los editores
   
   
     
                     
                   
El Laboratorio de Enseñanza de las Matemáticas es un programa
de  trabajo, docencia e investigación, en los distintos temas de la pedagogía matemática, los problemas sociales de la educación y los aspectos relacionados con el uso y la elaboración de material didáctico.
 
Actualmente, el personal del Laboratorio se ha dedicado a la elaboración de un proyecto opcional para la enseñanza de las matemáticas, en colaboración con otros grupos de trabajo.
 
Su estrategia para desarrollar esta opción, consiste en realizar proyectos didácticos o “paquetes” con carácter multifacético, que puedan ser utilizados en circunstancias y niveles variados. Dichos paquetes están orientados a las aplicaciones de la matemática, y contemplan la inclusión de notas para exposición, ejercicios, bibliografía y prácticas para estudiantes; así como material audiovisual de apoyo, reflexiones sobre el papel de las matemáticas en otras disciplinas y recomendaciones sobre las diversas modalidades de uso de los paquetes.
 
Además, el Laboratorio ofrece, entre otros, los siguientes servicios: adquisición y préstamo de artículos y equipo audiovisual, préstamo de artículos sobre la enseñanza de las matemáticas y diversos materiales didácticos.
 
Algunas de las actividades especificas que se han estado realizando últimamente son: la publicación de los Cuadernos de Educación Matemática de reciente aparición, la elaboración del audiovisual “Graficación en R3”, la organización de ciclos de cine matemático y la coordinación de un evento internacional sobre investigación de la enseñanza de las matemáticas.
 
En los próximos números, daremos a conocer en detalle los objetivos, actividades y proyectos de este laboratorio.
  articulos  
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 Nota de los editores
     
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cómo citar este artículo
Nota de los editores 1982. “Laboratorio de enseñanza de las matemáticas”. Ciencias núm. 1, enero-febrero, p. 9. [En línea]
     

 

 

R01Articulos3
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Mariano López de Haro
     
               
               
A principios de 1980 los consejeros estudiantes de Física, respondiendo al malestar que habían percibido entre sus compañeros, elaboraron una encuesta preliminar para tratar de detectar las causas de los problemas que, a juicio de los alumnos, se presentaban en los cursos de Física debido a una insuficiente preparación en el área de Matemática. De la información obtenida a través de dicha encuesta, una amplia mayoría de estudiantes considera que las matemáticas que se les enseña son muy abstractas, de manera que, o bien no las entienden, no las pueden aplicar en sus cursos de Física. En función de lo anterior, la mayoría de los estudiantes encuestados propone “soluciones” del tipo siguiente: que haya cursos separados de matemáticas para físicos y que sean físicos los que impartan dichos cursos o que, si esto no es posible, en los cursos de matemáticas, impartidos por matemáticos, se insista menos en teoremas y demostraciones y mucho más en las aplicaciones a problemas físicos.
 
Es evidente que el contenido y el enfoque de los cursos básicos de matemáticas inciden directamente en la formación de los estudiantes de Física. Y para quien conozca un poco la historia de la Facultad de Ciencias será claro que el problema al que me he referido no es nuevo. En efecto, desde hace algunos años, con periodos de mayor o menor agudeza, las quejas, aisladas o en grupo, de estudiantes y profesores del departamento de Física respecto a graves deficiencias en los cursos básicos de matemáticas, se han venido acumulando. Pero, desgraciadamente y por diversas razones, hasta ahora casi nada se ha hecho al respecto. Cabe aclarar que a raíz de la mencionada encuesta, el Consejo Departamental de Física nombró una comisión para que estudiara este problema, comisión a la que pertenezco y que está pronta a presentar una proposición para atacarlo.
 
Pero al margen de esta comisión, en la presente nota me propongo examinar los aspectos más relevantes del problema y los criterios que, a mi juicio, deben ser considerados para promover una reestructuración de los cursos de matemáticas en el contexto general del plan de estudios de la carrera de Física. Debo aclarar que, aunque las ideas aquí expresadas coinciden en gran medida con las de la comisión antes mencionada, son únicamente responsabilidad mía.
 
Criterios respecto a la enseñanza de las matemáticas a los estudiantes de Física
 
Si se desea proponer alguna medida tendiente a mejorar la formación del estudiantado que sea práctica y a la vez realista, existen tres parámetros que no deben ser soslayados. En primer lugar, debe tenerse en cuenta el tipo de egresados que se pretenda tener, pues únicamente conociendo la meta es como se pueden dirigir los esfuerzos para conseguirla. La definición de egresados deseado dista de ser un problema trivial y a pesar de que existe un documento aprobado por el Consejo Departamental de Física que establece el “perfil del egresado”, la verdad es que no hay acuerdo unánime al respecto y el tema es fuente de agudas controversias. Además, es lógico pensar que dicha definición no puede ser estática y por lo tanto si, como yo pienso, debe responder a las necesidades de un determinado periodo, exige una revisión crítica periódica. En particular considero que en este momento la comunidad de Física debería preocuparse por decidir si el documento aprobado por el Consejo es la definición adecuada a las necesidades actuales.
 
Por otra parte, es necesario considerar también el tipo de formación que tienen los estudiantes al ingresar a la carrera. El panorama que ofrecen los resultados de los diversos exámenes de diagnóstico que se hacen a los estudiantes de primer ingreso, es francamente desolador y cabe preguntarse si con los actuales cursos se pueden subsanar las deficiencias del sistema de enseñanza media (en particular el de las escuelas oficiales pues los datos estadísticos señalan una notoria desventaja en relación con las escuelas particulares) o si por el contario estos cursos crean únicamente frustración y hacen desertar al estudiante. Nuevamente nos enfrentamos a un problema complejo y que no puede ser desligado del punto anterior, pues su solución dependerá de la definición de las funciones que se les asignen a la Facultad de Ciencias.
 
Finalmente, debe evaluarse, críticamente, la situación actual del profesorado de la Facultad pues, por muy avanzadas y coherentes que puedan parecer las proposiciones, debe considerarse seriamente si se cuenta con el material humano necesario para llevarlas a cabo y, suponiendo que éste fuera el caso, si el personal académico estaría dispuesto a participar en el cambio. Este último punto dependerá en gran medida de que las proposiciones emanen de la colectividad pero, al menos hasta el momento, la participación del profesorado para atacar este problema ha sido muy escasa, bien sea porque ignoran la magnitud del mismo o porque, aún conociéndola, no le conceden la importancia que desde mi punto de vista merece.
 
Análisis de la situación actual: medidas a corto y a largo plazo 
 
A pesar de los problemas antes señalados, parece haber un consenso general acerca de la conveniencia de que los cursos básicos de matemáticas fueran reformulados tanto en su contenido como en la manera de presentación. Y este consenso trasciende al departamento de Física, pues algunos profesores del departamento de Matemáticas y otros matemáticos respetados en la Facultad de Ciencias1 también se han pronunciado al respecto.
Hasta el momento, en varios de los cursos de Matemáticas existen diversos temas que se repiten (prácticamente al mismo nivel)2 y el enfoque que tradicionalmente se sigue es el de insistir en el formalismo, soslayando, por ejemplo, la importancia del razonamiento intuitivo, heurístico y sin hacer patentes las ventajas (si es que las hay) de adoptar ese enfoque en contraposición a otras posibilidades.3 En mi opinión, la eliminación del material redundante es algo que podría y debería hacerse de inmediato. Adicionalmente, sería deseable que, en la medida de lo posible, se procure motivar la necesidad del formalismo y se contrastara este con las otras posibilidades de atacar los problemas, tratando de vincular el desarrollo de los diversos conceptos a los problemas y circunstancias en las cuales se originaron, haciendo énfasis en los resultados centrales y en sus aplicaciones. Sin embargo, de manera realista, creo que esta proposición debería ser considerada a largo plazo pues en el momento actual dudo que exista el profesorado necesario para poder implementarla. Y esto me lleva a comentar otro aspecto que parece haberse diluido en el transcurso de los años y que, a mi juicio, resulta de gran importancia. Es un hecho que el quehacer científico es de carácter interdisciplinario. Por lo tanto no hay matemáticas para físicos y matemáticas para matemáticos, sino simplemente matemáticas. La división artificial que se ha creado y que origina confusión entre los estudiantes, podría en principio ser subsanada si en la Facultad se incluyeran en el primer año cursos obligatorios interdisciplinarios de carácter propedéutico.
 
Finalmente, aún concediendo que éstas medidas serían únicamente parches mientras no se defina el perfil del egresado, mi experiencia profesional y las opiniones de algunos otros físicos me llevan a sugerir la importancia de reivindicar cursos como los de análisis numérico, análisis armónico, ecuaciones diferenciales parciales, cálculo vectorial y estadístico como un complemento necesario a la formación de un físico.
 
Conclusión 
 
Es evidente que muchos de los comentarios hechos aquí se aplicaron con el mismo peso a las materia de Física, pero la intención de esta nota era restringirse a un área donde mi experiencia me permite elaborar dichas reflexiones. Por otra parte, me parece necesario recalcar que las modificaciones sugeridas en los cursos de matemáticas deben ser las mismas para estudiantes de Física y Matemáticas. Y finalmente considero que, después de varios años en los que se ha venido hablando de reestructurar los planes de estudio, es hora ya de que se haga realmente algo.
     

Notas

1. Véase por ejemplo el trabajo “Consideraciones sobre la enseñanza del cálculo diferencial e integral” de Alejandro López Yáñez. Conclusiones similares a las manifestadas en esta nota respecto a una urgente revisión de los cursos básicos de Matemáticas en la Facultad de Ciencias fueron formuladas en las mesas redondas.
“Una década en la ciencia: ¿Qué pasó en los 70?” sobre los avances más importantes en Matemáticas evento organizado por la Coordinación de Extensión Universitaria del Centro Universitario de Comunicación de la Ciencia, particularmente las del mes de noviembre (3, 5 y 7) sobre enseñanza, matemáticas aplicadas y perspectivas. En ellas participaron conocidos profesores e investigadores de matemáticas.
 
2. Véase el manual Organización Académica 1979-1980, particularmente el contenido y la bibliografía de los cursos de Álgebra Superior I, Geometría Analítica I y Álgebra Lineal I en lo referente a conjuntos y espacios vectoriales.
 
3. El libro de Morris Kline, El fracaso de la matemática mexicana, Siglo XXI, 1976, puede ser útil para ahondar en las implicaciones de este comentario.
     
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Manuel López de Haro
Profesor de Carrera del Departamento de Física
Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México.
     
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cómo citar este artículo
López de Haro, Mariano. 1982. “Las matemáticas en la carrera de física”. Ciencias núm. 1, enero-febrero, pp. 8-15. [En línea]
     

 

 

       
 
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 Problemas y acertijos 1 R01B07

Víctor Rodríguez
   
   
     
                     
                   

 Problema 1.

Por un río navega una barca de remos y junto a ella una tabla.

 
¿Qué será más fácil para el remero: adelantar 10 metros a la tabla o rezagarse de ella la misma distancia?
 

 

 
 

Problema 2.

Un observador está en la costa y mira con un telescopio como una barquilla se acerca en línea recta. El telescopio es de tres aumentos, ¿cuántas veces le parecerá al observador que aumenta la velocidad con la que se aproxima la barca?

 

Problema 3.

Un regidor de la Antigüedad quiso construir 10 castillos unidos entre sí por murallas. Estas murallas deberán extenderse formando 5 líneas rectas con cuatro castillos en cada una. El constructor presentó el proyecto de la figura. Pero al regidor no le gustó el proyecto, porque con esta disposición se podrá llegar desde afuera a cualquiera de los castillos, y él quería que, si no todos, por lo menos uno o dos castillos estuvieran protegidos de las incursiones por la muralla. Hay que encontrar una disposición tal que satisfaga las condiciones impuestas.

 

Problema 4.

Dos veleros participan en una regata, en la que deben recorrer 24 km., de ida y vuelta en el tiempo más corto posible. El primer velero recorrió todo el camino con una velocidad uniforme de 20 km/h. El segundo fue hacia allá con una velocidad de 16Km/h. Y retornó con la de la 24Km/h. ¿Quién llegó primero?

 
 Sorpresa
Esta pregunta, por ser tan trivial, deberá contestarla en tres segundos: ¿de qué color es el vapor de agua?
 
 
  articulos  
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Víctor Rodríguez
     
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cómo citar este artículo
Nota de los editores 1982. “Problemas y acertijos”. Ciencias núm. 1, enero-febrero, pp. 62-63. [En línea]
     

 

 

 
Las implicaciones del trabajo nuclear
Tecnología nuclear y política proletaria
 
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David Baena
     
               
               
La naturaleza del conocimiento científico y las
relaciones entre la ciencia y el capitalismo no pueden tratarse al margen del análisis general del marco histórico en que se desarrollan.
 
La discusión de los problemas relacionados con las implicaciones sociales de la tecnología no se presentan actualmente por casualidad, sino que corresponden a un momento de crisis cuya persistencia pone en cuestión la existencia del propio capitalismo.
 
Con esta base, en el Centro Nuclear de Salazar, los trabajadores hemos iniciado el análisis que fundamente una alternativa clasista relacionada con el uso y desarrollo de la industria nuclear y sus implicaciones. Algunos aspectos que más adelante se señalan, han sido aprobados por unanimidad en el último congreso general del SUTIN.
 
A partir del análisis de la historia de la tecnología, se observa que después de la postulación teórica de la mecánica y del avance de la ciencia en el siglo XVII, se sucedieron los descubrimientos de la energía química del carbón, las primeras máquinas, el uso del petróleo, el descubrimiento en el siglo pasado de la energía eléctrica y su utilización industrial en la primera mitad de este siglo. En concordancia con el desarrollo económico se desarrolló la ciencia.
 
Ahora, la actual fase se caracteriza por el descubrimiento de una nueva fuente de energía: la energía nuclear y un extraordinario progreso de las investigaciones científicas y tecnológicas, Cabe esperar mayor avance en el desarrollo de fuentes alternativas de energía. Sin ser la solución última, la utilización de la energía nuclear con reactores de fisión puede ser empleada en estos momentos, como fuente opcional de reemplazo, a escala industrial, de las fuentes convencionales.
 
Generalmente, al hacer proyecciones de demanda y oferta energética, se estima que las aportaciones de las fuentes convencionales (hidrocarburos, hidroelectricidad, carbón y otras) son limitadas e insuficientes, de acuerdo con el balance energético para el año 2000.
 
Por esta razón se plantea la utilización de nuevas fuentes a escalas industriales, de manera que se pueda satisfacer el consumo estimado con base en las tasas de crecimiento actuales.
 
Estas proyecciones muchas veces son exageradas, y en su caso están sujetas a múltiples variables.
 
Desde distintos ángulos se ha planteado la necesidad de aprovechar la energía nuclear, por lo que en diferentes países se ha intensificado la investigación científica en torno a este tipo de energía y sus aplicaciones, al tiempo que se recomienda la adopción de medidas de protección y ahorro de las reservas energéticas clásicas.
 
El desarrollo de la energía nuclear a escala industrial no ha estado exento de dificultades. Su origen y potencial utilización bélica le confiere características particulares. En los últimos años, se ha aplicado para la generación de electricidad, lo cual ha sido motivo de cuestionamiento, básicamente por el hecho de existir problemas técnicos no resueltos; por la eventual afectación al medio ambiente y a la salud y la posibilidad de utilizar los materiales nucleares con propósitos no civiles.
 
El creciente debate ha llevado a los países desarrollados a revisar sus planes e instalaciones nucleares, debido a la oposición de la población a estos proyectos y en algunos se ha suspendido definitivamente mientras que en otros se limitó severamente la expansión nucleoeléctrica.
 
Muchos países subdesarrollados se han propuesto utilizar la energía nuclear. Algunos de ellos tienen en marcha ya varios proyectos nucleoeléctricos.
 
Para los países subdesarrollados existen dificultades adicionales, entre otros, los problemas derivados de la transferencia de tecnología y de las implicaciones políticas, Por lo que antes de decidir la incorporación masiva de la energía nuclear en nuestros países habría que resolver varias cuestiones básicas, tales como, la filosofía propia para la utilización de la energía nuclear y viabilidad; la magnitud y características del programa nucleoeléctrico; las condiciones en que deberá de utilizarse considerando las implicaciones tecnológicas, sociales, financieras políticas y ecológicas; cuestiones que deben decidirse con la más amplia y democrática participación de la población.
 
En la presente época, la energía nuclear es la única fuente alternativa de energía, disponible a escala industrial No obstante, el resto del siglo seguirá siendo caracterizado por el uso de hidrocarburos para la generación eléctrica. La contribución nuclear, a pesar de su incorporación masiva, no es suficiente para resolver los problemas mundiales de energía.
 
Asimismo, debe considerarse que la energía nuclear es la alternativa actual, pero también es una industria con importantes implicaciones técnicas, de costos y riesgos. La crisis económica capitalista ha afectado fuertemente a la industria nuclear, lo que ha traído como consecuencia la disminución del número de reactores de potencia vendidos por las empresas nucleares y, por tanto, la dificultad para recuperar las inversiones y aún los costos de amortización.
 
Políticamente la industria nuclear es un factor de rivalidad imperialista, que incluso ha dado lugar a fricciones entre países capitalistas desarrollados en la disputa por el control del supermonopolio. Estados Unidos pretende el dominio absoluto impulsado por su política general, tendiente a incrementar la carrera armamentista con énfasis en artefactos nucleares.
 
Los riesgos de la energía nuclear derivan de su origen bélico, pero no solamente de esta circunstancia. El trabajo con minerales y material radiactivos, su procesamiento y el manejo de combustibles nucleares son operaciones que implican riesgos. El desarrollo tecnológico ha permitido resolver muchos de estos problemas si bien aún quedan otras dificultades. Es preocupación de las industrias nucleares superar constantemente los diseños y, de hecho, la tecnología nuclear alcanza cada vez mayores niveles de complejidad, lo que significa una verdadera revolución con posibilidades muy amplias dependiendo de la orientación que se dé al uso de la energía nuclear.
 
Los dispositivos de seguridad se perfeccionan con cada nuevo diseño de reactores; se intensifican los trabajos para el almacenamiento, administración de combustibles irradiados y disposición final de desechos radiactivos, se desarrollan nuevas técnicas para el reprocesamiento; se establecen legislaciones severas y reglamentos estrictos, etcétera.
 
Sin embargo, una preocupación creciente se refiere al impacto de la energía nuclear en el medio ambiente, particularmente, en la afectación a la naturaleza. Esta preocupación se expresa desde diferentes ángulos e incluye a quienes ven estos problemas con una visión biologista del mundo: el ecologismo.
 
Según Marx, la sociedad que se desarrolla en ausencia de planificación, deja tras de sí un desierto. En efecto, garantizar las mejores condiciones de salud y de utilización racional de la naturaleza, no es problema solamente técnico, sino esencialmente político, pues planificar el desarrollo nuclear supone la planificación de la economía en su conjunto.
 
El desarrollo de la ciencia y la tecnología que da origen a la industria moderna, no implica necesariamente la destrucción de la naturaleza y de la humanidad. Este es un problema relacionado con la política, el cual no es posible resolver en el marco del capitalismo.
 
La industria pesada y la técnica moderna son la base material para la reorganización de la sociedad bajo la dirección de la clase obrera. El impulso a industrias de punta, como la nuclear, es inevitable en nuestra época. Pero esto no supone que los trabajadores hagamos abstracción de las condiciones en que se promueven este desarrollo, ni que debamos apoyar el desarrollo per se de la industria, tampoco hacer a un lado las consecuencias de la industrialización sobre el medio ambiente. No hay razón para contraponer al movimiento obrero con la preservación del medio ambiente y las aplicaciones de la ciencia para satisfacer necesidades humanas.
 
En el caso de la energía nuclear debemos considerar que esta no es una panacea. Los trabajadores debernos disponer de una política proletaria propia al respecto y no ser asimilados acríticamente por los intereses del Estado y de las empresas nucleares. Nuestra política debe ser global y determinante en el para qué y para quién se desarrolla la ciencia y la técnica.
 
La energía es la base de la economía, pero la energía para ser utilizada racionalmente requiere estar bajo el control del poder político del proletariado. No puede haber generación y uso racional de la energía mientras exista un desarrollo social basado en la competencia capitalista.
 
Sin poder obrero, la generación de energía no dará lugar a la elevación del nivel de vida del pueblo, ni mejorarán sus condiciones de existencia. El simple crecimiento de la generación de energía no supone la elevación del nivel de vida de la población trabajadora.
 
Los trabajadores nucleares de México hemos promovido el uso de la energía nuclear pero también hemos señalado que el Programa Nucleoeléctrico Nacional no debe significar solo la instalación de cierto número de centrales y la generación de una determinada cantidad de megawatts. El programa nuclear de los trabajadores debe poseer un contenido tal, que incluya una clara orientación acerca del uso de la generación nucleoeléctrica; el impulso de la técnica moderna en la industria y en el campo; un uso adecuado de los recursos naturales; condiciones óptimas de seguridad y salud para los trabajadores y la población, así como la preservación del medio ambiente, mediante el uso racional de la naturaleza.
 
La definición del Programa Nucleoeléctrico Nacional traerá como consecuencia la elevación del numero de trabajadores nucleares dedicados a las diferentes actividades en materiales, minerales y fuentes radiactivas y, por tanto, aumentará también el número de sitios en el país para instalaciones nucleares, minas de uranio, etcétera, con las correspondientes implicaciones industriales, ambientales y de salud para los trabajadores y para la población en general.
 
Desde hace muchos años se sabe que las radiaciones ionizantes producen daño aún en dosis menores a los límites equivalentes aceptados internacionalmente. De manera que los trabajadores nucleares ocupacionalmente expuestos a las radiaciones ionizantes estamos sujetos a la eventualidad de sufrir los efectos estocásticos de la radiación, en la operación normal de la industria nuclear. Habrá que considerar, también, las implicaciones derivadas de accidentes y la eventual afectación a la población y al medio ambiente.
 
Necesitamos, por tanto, definir una política al respecto, con la participación amplia de las fuerzas democráticas y revolucionarias.
 
El desarrollo nuclear debe considerar, entre otros, los siguientes aspectos:
 
1. Las operaciones en la industria nuclear deben desarrollarse considerando, con la más alta prioridad, las implicaciones para la salud y la seguridad de los trabajadores, ocupacionalmente expuestos a las radiaciones ionizantes, y de la población.
2. En la industria nuclear deben existir óptimas condiciones para la vida de los trabajadores durante el trabajo con minerales, materiales y substancias radiactivas así como fuentes de radiación ionizante.
3. La utilización racional de la energía nuclear supone conservar el potencial natural para las futuras generaciones, mediante la utilización consciente de la naturaleza.
4. En el desarrollo de la ciencia y tecnología nucleares y su aplicación a escalas industriales, debe considerarse, con la más alta atención, la conservación del potencial genético como patrimonio de la humanidad.
5. La política proletaria en la industria nuclear supone, como condición indispensable para su concreción la participación de los trabajadores para diseñar y poner en práctica los planes, programas y proyectos acordes con el interés de la clase obrera. Dicha participación ha de llevarse a cabo sobre la base del control de la producción e investigación científica, de la operación e implicaciones de la energía nuclear y, fundamentalmente con base en el pleno ejercicio de la democracia proletaria.
 
Llevar adelante esta política no es tarea sencilla, pero para los trabajadores es urgente, en la medida que tiende a desarrollarse la energía nuclear, lo cual hace aumentar los riesgos de trabajo, accidentes, enfermedades y efectos dañinos a que estamos expuestos los trabajadores de esta industria.
 
Es necesario aprovechar las experiencias anteriores para liquidar la degradación en que ha caído el trabajo científico y tecnológico, bajo el capitalismo, y volver a convertir el pensamiento en instrumento del progreso y bienestar del género humano.
 
Debemos considerar la importancia de la tecnología, tanto en el sistema de fuerzas productivas, como en un panorama más amplio, el sistema socioeconómico. En el primer caso tiene lugar el espacio tecnológico de su consideración; en el segundo el aspecto socioeconómico. Ello corresponde a la dualidad del papel que desempeña la técnica contemporánea en la sociedad. Por una parte, es el instrumento del trabajo en el proceso de producción, por otra, es el instrumento de la clase que la posee. Ambas funciones de la técnica, la propiamente tecnológica y la socioeconómica, pueden encontrarse en distintas correlaciones. Bajo el capitalismo estas funciones persiguen fines opuestos como resultado de la lucha de clases y de su antagonismo. De ahí que el examen de la tecnología y su impacto en el desarrollo, no pueda realizarse haciendo abstracción de factores sociales.
 
Las ideas, en general la ideología, influyen en el mundo material, algunas pueden contribuir al progreso de la sociedad, otras impedirlo. Las ideas burguesas aparecen como freno del desarrollo social, como una barrera. Dentro de éstas hay actitudes críticas, si bien rechazan al socialismo como alternativa real, y entran en contradicciones con el desarrollo social.
 
No solo eso, sino que las principales contradicciones del capitalismo se hacen pasar como cuestiones puramente técnicas, o como consecuencia del desarrollo de la técnica, cuando en realidad es que la hipertrofia de los verdaderos valores de la ciencia y la tecnología es una manifestación del capitalismo que ha usurpado la riqueza y los medios de producción, en beneficio de los intereses de la burguesía y en contra de las masas populares.
 
La ciencia y el desarrollo de la tecnología tienen una gran importancia. Pero si bien los progresos en estos campos crean las premisas para resolver los problemas sociales, no pueden, por sí solos, salvar al capitalismo. Es necesario que el desarrollo de la ciencia y la tecnología, se complemente con la revolución social como única vía de victoria.
     

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David Baena
Sección Centro Nuclear de Salazar del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear.
     
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cómo citar este artículo
Baena, David. 1982. Las implicaciones del trabajo nuclear, tecnología nuclear y política proletaria”. Ciencias núm. 1, enero-febrero, pp. 32-35. [En línea]
     

 

 

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