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Órgano sexual femenino
en las serpientes
 
Edmundo Pérez Ramos y
Estrella Mociño Deloya
 
   
   
     
                     
                     
Para conocer el sexo de las hem­bras de las serpientes, apar­te
de los rasgos llamativos de coloración (los machos son más coloridos y brillantes), de las proporciones y for­mas del cuerpo y las escamas (los machos más corpulentos, y generalmente las hembras son proporcionalmente más lar­gas), recientemente se observó otro elemento aso­ciado al dimorfismo sexual, un ca­rác­ter sexual secundario lla­ma­do hemiclítoris o pseudo­clítoris. Es una estructura que está si­tua­da a cada lado del orificio cloacal en la base de la cola de las serpientes hembras (ví­boras, coralillos y culebras), un par de órganos si­mi­lares a los de los ma­chos, que es más evidente en hembras se­xual­men­te maduras. A pesar de que este órgano sexual pa­rea­do no es homólogo al clí­to­ris de los mamíferos, sin em­bar­go, por posición y función se ha igualado a éste. Su re­co­no­ci­mien­to es difícil en vi­da debido a que la zona cloacal está externamente recubierta por la escama anal dividida e internamente por repliegues musculares de la abertura anal. Esto se logró in vitro pues el manejo es complicado, ya que es necesario inyectar el líquido fijador para extraer este órgano sexual, razón por la cual tal vez hasta el mo­men­to no se ha podido reconocer esta estructura en los demás grupos de reptiles vivientes, como lagartijas, bipédidos, tor­tugas, tuátaras y cocodrilos.

Durante el transcur­so de la evolución de los organismos se pre­sen­tan estructuras morfológicas análogas y homólogas; así, en organismos distantes como insectos y aves, ambos pre­sen­tan alas pero con diferente origen y misma función, por lo que son órganos análogos, o bien, en organismos cercanos como aves y murciélagos las alas tienen el mismo origen y misma función, por lo que son homólogos. Evolutiva­men­te los órganos de reproducción también se han modifi­cado de acuerdo con el tipo de reproducción, interna o externa, por la especialización morfológica, fisiológica, los cambios en la coloración y el comportamiento de los organismos.

En la mayoría de los ver­te­brados participan los órganos genitales de ambos sexos y el caso de las serpientes no es la excepción. Los individuos machos tienen un órgano copulador que es introducido en el orificio ge­ni­tal de las hembras. En el gru­po de los reptiles —con ex­cep­ción de las tortugas, los ­co­codrilos y las tuátaras— es pa­rea­do, por lo que cada uno de sus componentes recibe el nombre de hemipene.

Es un ór­gano análogo al de los ma­mí­fe­ros, que sirve para asegurar la supervivencia de la especie al penetrar, conducir y depositar los gametos masculinos en la cavidad de la vagina de la hembra. No obstante, antes de la penetración, ambos individuos deben estar en sincronía sexual (etapa precoital) con una suficiente excitación que permita continuar con la siguiente fase (etapa coital), y en ello las hembras participan en la estimulación sexual de los machos, lo que permite lograr una coordinación mutua.
 
En la naturaleza se trata de perpetuar la especie, por lo que cualquier órgano anexo al apa­ra­to reproductor de ambos se­xos que sea adecuado para tal fin participa en esto, ya sea ligado al reconoci­mien­to de otro individuo de su propia especie, de un estadio se­xual (celo), a la identificación de sexos, el marcaje de terri­to­rio y la reafirmación de la ca­ma­da o relación filial (madre-hijos-madre) en las especies vivíparas, ya que hasta el momento sólo se ha podido dis­tin­guir. Así, el hemiclítoris es un órgano sexual que provoca la excitación de las serpientes hem­bras.

Durante el cortejo en las serpientes, que en ocasiones ocurre en grupo, machos y hembras se olfatean, sa­bo­rean, miran y tocan cada parte de sus cuerpos y, en un mo­men­to determinado, en la cloa­ca u orificio genital de la hem­bra, el hemiclítoris es estimulado en el momento de la cópula, permitiendo que, generalmente, sólo un hemipene se introduzca en la cloaca de la hembra, y colocar las células se­xuales masculinas (los espermatozoides), a lo que sigue la fecun­da­ción de la célula se­xual femenina (el óvulo), y la formación del cigoto o hue­vo, del que sal­drá otro nuevo ser, confirmándose el éxito reproductivo de la especie.chivichango97
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Referencias bibliográficas

Goin, C. J., O. B. Goin y G. R. Zug. 1978. Introduction to Herpetology. W. H. Freeman and Co., San Francisco.
Peters, J. A. 1964. Dictionary of Herpetology. Hafner Publishing Company, Nueva York.
Pough, F. H., R. M. Andrews, J. E. Cadle, M. L. Crump, A. H. Savitzky y K. D. Wells. 2001. Herpetology. Prentice Hall, New Jersey.
Halliday, T. y K. Adler (eds.). 2002. The Firefly encyclopedia of reptiles and amphibians. Firefly Books, Nueva York.
 
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Edmundo Pérez Ramos
Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México.
 
Estrella Mociño Deloya
Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México.
     

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