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De Neuros y otros seres fantásticos |
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Ramón Aureliano A.
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Dele cualquier cosa a leer o a mirar, estudio
árido o risueño. Se apasionará por todo lo
que le sea nuevo. Sencillamente se sorprenderá
de no haber vivido aún en aquel sentido, y
traducirá el placer de su descubrimiento bajo
una forma cualquiera, sin haber dejado de ser
él mismo
[...] Habías pensado quizás demasiado en la
Luna, donde nada nos señala todavía la
presencia de vida orgánica.
Más valdría pensar en esa sucesión de magníficos
alumbramientos a los que sin razón se llama las
razas perdidas, como si algo pudiera perderse
en el universo, y como si toda vida nueva no
fuera la transfiguración de elementos de la
vida anterior.
George Sand, Viaje a través del Cristal
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Era susceptible de admiración entusiasta; pero
para él la belleza era un estado del ser
en relación con las condiciones de su existencia.
Caía en éxtasis frente a los más horribles
animales de las épocas antidiluvianas.
Se pasmaba de gozo frente a los dientes del
mastodonte, y las facultades digestivas
de ese monstruo le arrancaban llantos de
enternecimiento. Todo era para él mecanismo,
relación, adecuación y función.
George Sand, Viaje a través del Cristal
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Dedicado a la contemplación de esos viejos volúmenes polvorientos, húmedos por el largo paso de los años sobre sus hojas y sus mullidas pastas, tomaba de otros autores pareceres en curiosas cuestiones. Supliendo las horas vertidas en desvelos y puestas tras la positiva vocación de rastrear por callejuelas, gabinetes y otros lugares esos viejos volúmenes que parecían estar esperando la mirada aviesa que identificara las desleídas marcas en sus lomos, me dí a la tarea de reunir noticias que hicieron fuerza en mi razonamiento, de las cuales doy algunas a la luz para juicio del lector interesado.
Dicen, como suelen narrar los viejos cuentos, las viejas crónicas o las opiniones antiguas, que en Tierras Septentrionales habitaban los seres llamados “Neuros”, que se “convertían en cierto tiempo del año en lobos”, pues como en aquellas provincias “haya tantos encantadores y hechiceros, tienen sus tiempos determinados en que se juntan y hacen sus congregaciones y que para esto todos toman las figuras de lobos, y aunque no declaran la causa por qué lo hacen, de creer es que tienen algún concierto o pacto con el demonio”. Pero en los días en que esta gente se transfigura —continúa el relato— son tantos “los daños y excesos que hacen, que los lobos verdaderos son mansos en comparación de ellos, y como quiera que sea no hay que dudar de que hagan esta transfiguración” y como prueba de tales aseveraciones se dice que un emperador de Rusia que hizo “prender a uno que tenía fama de ser de los que se transfiguraban, lo hizo traer ante sí metido en una cadena, y preguntándole si era verdad que podía mudar su figura en lobo, él dijo que sí”, y una vez consumada la transfiguración salió de una pequeña cámara convertido en lobo, pero como aquel emperador había solicitado que llevaran a su lado dos enormes mastines, estos le vieron, y teniéndolo por ser verdadero lobo hicieron presa de él “sin que el desventurado pudiese valerse ni defenderse”. Pero nos hemos remitido a este caso sobre esa clase de seres llamados Neuros (cuyas noticias remontan algunos a los escritos de Solino, Plinio y Pomponio Mela) sin poder decir nada sobre su naturaleza, y es que en estos casos también se da la aparición del factor humano, como lo mostramos en la siguiente noticia.
Se dice que, hace no mucho tiempo, en el reino de Galicia encontraron un hombre que andaba vagando por los montes extrañamente cubierto con una piel de lobo, y que cuando hallaba en su camino a algún mozo pequeño lo mataba, y como era mucho el daño que hacía, varios aldeanos se decidieron a cazarle. Lograron su cometido, y cuando lo prendieron notaron que era un hombre y lo pusieron en una cárcel. A pesar de que le infligieron varios tormentos sólo lograron escucharle palabras que parecían disparates. Por alimento solo comía carne cruda, y “murió antes de que hicieran justicia de él”. Se tiene por historia probada, o al menos existen muchas noticias de ello, que hay hombres que pueden lograr una o varias transfiguraciones, hombres que se muestran en forma de animales para utilizar de lo que en “el pasado usaba” o actuar como el animal del cual tomaban su forma. Pero dejemos hasta aquí esta parte de la historia.
Sabemos de escritos curiosos, como Prodigios de la Naturaleza, Hojas, o las muy conocidas Relaciones, que abundan en noticias como las anteriores. Atendiendo a su copiosa impresión podemos ver gruesos volúmenes completados con sus páginas. Noticias para pasar de mano en mano o ser escuchados en plazas a la convocatoria de una campanilla que les anunciara. Sucesos reales, militares, actos, fiestas, procesiones de la Iglesia o de las monarquías ocupan en gran medida la tinta de esas Hojas, le siguen desdichas de la naturaleza como terremotos o nacimientos de los llamados “monstruos”, que acompañan a las relaciones de apariciones, milagros y demás portentos, como la Relación verdadera de un parto monstruoso nacido en la ciudad de Tortosa en 1634: “ella estaba preñada de ocho meses, y por estar enferma la pusieron en una cama, y el siguiente día fiesta del Angélico Doctor Santo Tomás de Aquino, aviendo confesado, y comulgado le tomaron dolores de parto entre las diez y las onze del día, y a los tres quartos para las doze parió la criatura, cuya figura se vé pintada”.
La Relación describe a este ser comenzando por la parte de adelante, para después pasar a la parte de la espalda y la descripción del interior. Las dos cabezas “tan bien pobladas de cabello color castaño, como la que mas, con dos rostros mui hermosos con tanta perfeccion que parecia […] dos tetezuelas en el debaxo del pecho tenía la barriga conforme cualquier cuerpo humano, y en el su ombligo, y en el suelo del vientre, y en su lugar tenia la señal, por el cual mostraba ser de sexo femenino, aunque no con la proporcion devida, porque parecia ser de perra buelta al rebes”.
Vuelta de espaldas “mostraba estar los dos cuerpos juntados por los lados, el uno el lado derecho juntava con el izquierdo del otro, y mostrava tener dos espinazos, y en cada uno asentaba su cabeza, y baxando por abaxo se iban juntando los dos espinazos, y venian a hazer como dos canales, y al cabo del uno avia una colezilla, o rabillo como un grano de almendra no mui grande”.
El 8 de marzo se “juntaron para hazer anatomia deste cuerpo el Doctor Lorenzo Romeu, y el Doctor Francisco Revull y Mosen Iayme Miro cirujano”, lo “abrieron, y hallaron que el ombligo acudia al higado, el qual higado esta mui grande para lo que era el cuerpo, y hallaron un corazón atravesado en el pecho y que de cada cabeza baxava una traquiarteria, y venia a parar á cada lado del corazón…
vieronse estos prodigios de naturaleza”.
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Referencias bibliográficas
Las noticias sobre los Neuros proceden de Antonio de Torquemada, Jardín de Flores Curiosas.
Alabado sea el santissimo sacramento, y la limpieza de la pura y la limpia Concepción… Relación verdadera de un parto monstruoso nacido en la ciudad de Tortosa… Madrid, Herederos de la viuda de Pedro de Madrigal, 1634.
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Ramón Aureliano Alarcón
Instituto Mora
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como citar este artículo → Aureliano Alarcón, Ramón. (2003). De Neuros y otros seres fantásticos. Ciencias 72, octubre-diciembre, 54-56. [En línea] |
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