|
||||||||||
Matemáticas para los
estudiantes de humanidades
Morris Kline
FCE, México, 2009.
|
||||||||||
Durante milenios, las matemáticas han sido el ejemplo por
excelencia de las verdades descubiertas por el hombre. De ahí que todas las investigaciones relativas al problema de adquirir verdades hayan tenido que ver, necesariamente, con las matemáticas. Aunque algunos de los pasmosos avances realizados en el siglo xix alteraron por completo nuestra idea de la naturaleza de las matemáticas, la eficacia de éstas, especialmente para representar y analizar fenómenos naturales, las ha mantenido en el foco de todas las investigaciones de la naturaleza del conocimiento. Uno de los aspectos, y no el menos importante de este valor de las matemáticas, es que nos ha permitido ver en acción las facultades de la mente humana. Las matemáticas constituyen el ejemplo supremo y más notable del poder de la mente para encarar problemas, y como tal, vale la pena estudiarlas.
Entre los valores que las matemáticas ofrecen están los servicios prestados a las artes. La mayoría de la gente se inclina a pensar que las artes son independientes de las matemáticas, pero pronto veremos que éstas han contribuido a dar forma a muchos de los estilos sobresalientes de pintura y arquitectura, y el servicio que las matemáticas prestan a la música no sólo nos ha hecho posible entenderla, sino que ha propagado su disfrute por los cuatro puntos cardinales.
Problemas prácticos, científicos, filosóficos y artísticos han impulsado a los hombres a investigar en el terreno de las matemáticas. Pero hay otro motivo más fuerte que los anteriores: la búsqueda de la belleza. Las matemáticas son un arte. Esto significa que ofrecen los mismos placeres que cualquiera de las ramas artísticas. Esta afirmación acaso moleste a quienes están acostumbrados al concepto tradicional de las artes verdaderas; mentalmente contrastarán con otras en detrimento de las matemáticas. Pero el individuo común y corriente no se ha detenido a pensar en lo que realmente son las artes y qué ofrecen. Lo que la mayoría de la gente ve en la pintura, por ejemplo, son escenas familiares y acaso colores atractivos. Pero estas cualidades no son las que hacen de la pintura un arte. Sus valores reales deben aprenderse, y la genuina apreciación del arte demanda mucho estudio.
No insistiremos, con todo, en los valores estéticos de las matemáticas. Será más fácil sostenernos en la posición de que así como hay personas sin oído para la música y ciegas al color, así también hay las del temperamento que no tolera la argumentación fría ni las distinciones, al parecer sutiles en demasía, que se hacen en la empresa matemática.
Nos gustaría entender qué son las matemáticas, qué hacen, qué le dan al mundo y qué es lo que ofrecen en sí mismas. Esperamos ver qué contienen las matemáticas que auxilian al físico y al sociólogo, al filósofo, al lógico, al artista: qué es lo que influye en las doctrinas del estadista y del teólogo; qué es lo que satisface la curiosidad del hombre que explora los cielos y la del que reflexiona en la dulzura de los sonidos musicales, y qué lo que ha influido innegablemente, aunque a veces imperceptiblemente en el curso de la historia moderna. Trataremos de ver, en fin, que las matemáticas son parte inseparable del mundo moderno, una de las fuerzas que modelan los pensamientos y los actos humanos y un todo del pensamiento vivo conectado indisolublemente con todas las demás ramas de la cultura, de las cuales depende y a las que otorga valiosos dones.
|
||||||||||
_____________________________________________________________
|
||||||||||
Fragmento de la Introducción.
como citar este artículo → Kline, Morris. (2011). Matemáticas para los estudiantes de humanidades. Ciencias 102, abril-junio, 78. [En línea]
|
|
PDF →
|
|||||||||
“O inventamos o erramos”
La ciencia como idea-fuerza en América Latina
Hebe Vessuri
Universidad Nacional de Quilmes, Editorial Bernal, 2007.
|
||||||||||
El surgimiento de los estudios sociales de la ciencia en
América Latina coincidió y de alguna forma constituyó una respuesta a la emergencia de una cultura mundial, globalizada, con características sui generis, y que incide de manera muy directa sobre la comunicación y la producción científicosocial de nuestros países. Por un lado, la homogeneización cultural creciente que acompaña al proceso de globalización viene produciendo una simplificación de nuestras realidades con la consiguiente pérdida cultural. Asimismo, se favorece un recurso a pequeñas unidades sociales, desprovistas de consideraciones contextuales, en una tendencia a analizar las especificidades individuales y de mínima escala de agregación de las relaciones sociales, que también hace perder de vista las unidades de significación intermedia, como países, estados, etnias, clases y estamentos. Frente a este proceso, los estudios sociales de la ciencia en la región introdujeron un componente de exploración y visibilización de la incorporación activa de las sociedades latinoamericanas a los procesos de internacionalización del campo científico.
Ya no se trata simplemente de ver el proceso de difusión de la ciencia europea al resto del mundo, sino de la apropiación del saber científico y su institucionalidad por parte de los grupos científicos y sociedades latinoamericanos, la valorización de la actividad local y la importancia de los procesos por los cuales fue construyendo (y a veces destruyendo) el sentido de la identidad nacional, étnica o colectiva en nuestras sociedades.
Los estudios sociales de la ciencia en América Latina podrían ser vistos como parte de los esfuerzos por asegurar la comunicación intercultural, con una mayor conciencia de los determinantes y especificidades culturales de los diferentes ámbitos nacionales y lingüísticos por parte de la investigación social. A lo largo de los últimos treinta años han aparecido nuevos temas, nuevas narrativas, nuevos interlocutores. Las posibilidades de investigaciones novedosas y útiles se han multiplicado, así como también la de otras tantas agendas para la investigación social.
Algunos temas siempre me han motivado. Así, hablaré brevemente de tres de ellos, con la idea de establecer un nexo con los trabajos que siguen. En primer lugar me referiré a la narrativa, la memoria y la crítica. Un segundo tema que nos ocupa en este libro es el de la relación de los científicos con la sociedad, y fundamentalmente con su cultura y valores. Finalmente, un eje problemático que como investigadora en una región del mundo en desarrollo ha marcado mi aproximación al conocimiento como desafío, ideafuerza y aspiración para nuestras sociedades es el tema del desarrollo.
En el mundo contemporáneo las cuestiones ligadas al conocimiento se mueven en un frente amplio, que va desde los discursos especializados de la política científica y la educación superior, hasta el escenario de la moderna política de la globalización y la competitividad. Siendo, como se predica, el conocimiento un aspecto definitorio clave del mundo actual y futuro, no puede sorprender a nadie que se vuelva una noción cada vez más políticamente cargada, en la cual una gama de intereses diversos pretenden prevalecer.
Tanto en países desarrollados como en aquellos en desarrollo, los gobiernos parecen haberse dado cuenta de que el compromiso de la ciudadanía es vital para asegurar que la ciencia y la tecnología satisfagan las necesidades de la gente. Somos testigos de intereses e inversiones internacionales sin precedentes que vinculan la ciencia y la tecnología con el desarrollo.
Especialmente desde la década pasada viene dándose un debate cada vez más tenso y divisivo, si bien rico y creativo, acerca de las condiciones de producción, diseminación y absorción del conocimiento en sociedades particulares. Entre los resultados que se fueron decantando de ese diálogo, a veces de sordos, está el reconocimiento de que ya no basta con dejar estas cuestiones simplemente a la comunidad académica. El fuero académico se percibe cada vez más como una entre otras fuentes de interés relacionadas con el conocimiento, en circunstancias en que estas cuestiones adquieren creciente significación para grupos más grandes y heterogéneos.
“O inventamos o erramos”, insistía hace ya casi dos siglos Simón Rodríguez, ese ejemplar educador venezolano, quien tuvo una vida dura y comprometida con la realidad de un tiempo o región. La historia se ha encargado de confirmar múltiples veces que los enfoques educativos impuestos desde arriba no funcionan. Las soluciones educativas renovadoras se basan en el ensayo y el error, con un ciclo de retroalimentación basado en la experiencia misma. En la aventura del conocimiento en general y de la ciencia en particular también rinde el experimentar, el atreverse a recorrer caminos que van más allá de las modas aceptadas como verdades reveladas. La inquietud que ha movido los intereses reunidos en este libro, inspirados en el desafío de Rodríguez, es desentrañar las raíces de nuestra subordinación melancólica como periferia de la historia y el presente, con énfasis en las oportunidades y virtudes de hacer camino al andar, abriendo trochas, reuniendo los pedazos de nuestra identidad fragmentada. La ciencia ha sido una ideafuerza en la región latinoamericana que en algunos momentos logró aglutinar voluntades, pero siempre fue insuficiente y casi nunca logró cuajar en un aparato científico con dinámica propia. El poder político y económico en la región ha usado la ciencia en el discurso retórico pero raramente como instrumento de desarrollo social, cultural y económico. El potencial, sin embargo, está allí, la “cátedra sumergida” puede aflorar un día en todo sus esplendor. ¿El siglo xxi podría ser el siglo de la ciencia para América Latina?
como citar este artículo → Vessuri, Hebe. (2011). "O inventamos o erramos". La ciencia como idea-fuerza en América Latina. Ciencias 102, abril-junio, 58-59. [En línea]
|
|
PDF →
|
|||||||||
Huiricuta:
paisaje sagrado
amenazado
Humberto Fernández Borja
|
||||||||||
Huiricuta es un paisaje de singular relevancia planetaria por la
conjunción de sus valores culturales y naturales. El Desierto Chihuahuense, ecorregión en la que se encuentra, es una de las tres áreas semidesérticas biológicamente más ricas del planeta. Desde épocas remotas, Huiricuta ha sido el nombre en huichol de la región adyacente al poblado histórico de Real de Catorce al norte de San Luis Potosí. Los huicholes lo consideran como un inmenso “templo natural” que a su vez cobija distintos sitios sagrados naturales.
Este paisaje está expuesto a un amplio espectro de factores de deterioro, desde el sobrepastoreo de ganado caprino o la fragmentación de sus matorrales xerófilos por cultivos intensivos de jitomate, hasta el tráfico de peyote y otras cactáceas o bien la profanación de los sitios sagrados huicholes por parte de turistas y ‘neochamanes’ urbanos. Sin embargo, los planes de explotación minera intensiva en la zona, anunciados en el verano de 2010 por la empresa canadiense First Majestic, suponen una amenaza sustancial a la integridad y al frágil equilibrio de Huiricuta.
Patrimonio biocultural
Huiricuta, situado en el Altiplano PotosinoZacatecano, constituye un territorio altamente representativo de los ecosistemas que abarca el Desierto Chihuahuense. Aunque cubre el 0.30% de su superficie, alberga alrededor de la mitad de su flora, el 60% de sus mamíferos y casi el 80% de su avifauna, con una considerable tasa de endemicidad. De este último grupo, sobresale el águila real, símbolo vivo de México, y que encabeza la lista del programa nacional de conservación de especies prioritarias. Dos aspectos le confieren mayor relevancia: se encuentra en la porción sureste de dicha ecorregión, donde se presenta la máxima concurrencia de cactáceas endémicas o amenazadas; por otra parte, las relaciones biogeográficas de la Sierra de Catorce con la Sierra Madre Oriental le permiten albergar hábitats y especies de notable singularidad para la ecorregión.
En este sentido cabe añadir que la porción norte de Huiricuta está incluida en la Región terrestre prioritaria de la conabio núm. 80 (Tokio) y que la Sierra de Catorce es una de las Áreas de Importancia para la Conservación de Aves en México (aica núm. 81).
Existen elementos de patrimonio cultural de gran diversidad. Para los huicholes, es uno de los paisajes sagrados de mayor jerarquía y fundamental en su cosmogonía. El devenir histórico de los huicholes está íntimamente ligado a las prácticas rituales que llevan a cabo en Huiricuta, como culminación de sus peregrinaciones a través de rutas ancestrales desde sus asentamientos regulares al norte de Jalisco en la Sierra Madre Occidental. Estas rutas son el residuo vigente más representativo del gran enjambre de rutas de intercambio prehispánicas que durante milenios enriquecieron a las culturas del continente americano.
Asimismo, su riqueza contempla importantes vestigios paleontológicos y arqueológicos, incluyendo la huella humana más antigua registrada en México: ca. 31 000 años. Si bien la febril actividad minera de los siglos xviii y xix transformó radicalmente el paisaje y provocó la exterminación de las tribus guachichiles, también dejó como huella una concentración importante de edificaciones, haciendas, empedrados y acueductos. Es en el “Real de Minas de la Purísima Concepción de los Álamos de los Catorce”, donde este patrimonio urbanoarquitectónico es aún más notable. Adicionalmente, la vía de ferrocarril que atraviesa a Huiricuta dio lugar a algunos de los elementos de patrimonio industrial que afortunadamente empiezan a ser revalorados.
Una reserva amenazada
Reserva natural y cultural de Huiricuta es el nombre de divulgación para el área natural protegida que promovimos mediante un primer decreto en 1994 y que posteriormente fue sustituido para ampliar la cobertura territorial, los objetos de conservación y los fundamentos de defensa de los derechos indígenas de los huicholes. Su estatus legal vigente, como Reserva Estatal, es el que se señala en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de San Luis Potosí del 9 de junio de 2001 con una superficie de 140 212 hectáreas y una longitud de la ruta de 139 kilómetros hasta el límite con el estado de Zacatecas, en los municipios de Catorce, Villa de la Paz, Matehuala, Villa de Guadalupe, Charcas y Villa de Ramos.
Como parte de una estrategia de conservación más amplia también logramos que en 2004 la Ruta Tradicional de los Huicholes a Huiricuta se inscribiera en la Lista Indicativa mexicana de la Convención del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la unesco.
Actualmente la empresa canadiense First Majestic Silver Corporation ha emprendido su proyecto minero “Real de Catorce” para la explotación de plata y otros metales. Para ello adquirió el control accionario de dos empresas mexicanas, Minera Real Bonanza, S.A. de C.V. y Minera Real de Catorce, S.A. de C.V., poseedoras de 22 concesiones mineras; el 60% de ellas se encuentran dentro de la Reserva de Huiricuta.
Aún no es claro si será un proyecto de “minería a cielo abierto”, ya que el proyecto no se ha presentado formalmente para obtener las autorizaciones en materia de impacto ambiental o del patrimonio cultural, entre otras. No obstante, la explotación anunciada señala que se llevará a cabo mediante procesos químicos de beneficio en los minerales, con uso intensivo de cianuro, así como de un método de flotación en el que se usan otros químicos altamente contaminantes, como los Xantatos. Tan solo esto tendría un impacto irremediable a los acuíferos que abastecen a las comunidades aledañas a Real de Catorce, donde se utilizarán cerca de 10 000 litros de agua por cada tonelada extraída de acuerdo a los estándares de uso de agua de una actividad minera similar.
Ante la gravedad de esta amenaza, todas las comunidades huicholas, así como organizaciones civiles y académicas, dentro y fuera de México, solicitamos la intervención urgente de las autoridades competentes y de la sociedad en su conjunto, para evitar un conflicto social y una catástrofe ambiental, así como la violación a la legislación mexicana y diversos tratados internacionales, y preservar así este patrimonio de gran valor para el país y fundamental en la vida del pueblo huichol.
|
||||||||||
_____________________________________________________________
|
||||||||||
Humberto Fernández Borja
Conservación Humana, A.C.
como citar este artículo → Fernández Borja, Humberto. (2011). Huiricuta: paisaje sagrado amenazado. Ciencias 102, abril-junio, 38-39. [En línea] |
|
PDF →
|
||||||||||
Modelo de convergencia
de opiniones
Yérali Gandica, Marcelo del Castillo
Mussot, Sergio Rojas y Gerardo J. Vázquez
|
|||||||||||
En el estudio de la dinámica social, la capacidad de una sociedad para reaccionar ante cambios internos y externos y hacer frente a sus mecanismos de regulación es un tema fascinante. Obviamente, es un gran campo para los sociólogos, etnólogos, economistas, psicólogos sociales, criminólogos, antropólogos, etcétera. Más recientemente, los físicos y matemáticos están empleando sus modelos y su experiencia para conseguir una mejor comprensión de la conducta colectiva de los sistemas sociales.
Por ejemplo, la convergencia (o divergencia) de ideas u opiniones entre los participantes de un debate es un proceso social muy importante. En algunos modelos de la dinámica de opinión que han sido revisados por Weidlich, Lorenz, y Castellano y colaboradores, los agentes pueden negociar sus diferencias para tratar de llegar a un consenso.
En la práctica, es plausible asumir que los debates tienen lugar cuando las opiniones de las personas implicadas (agentes) están lo suficientemente cerca uno del otro para poder negociar sus diferencias y tratar de llegar a un consenso. En este sentido, un modelo importante y simple de dinámica de opiniones es el desarrollado por el modelo de Deffuant y colaboradores.
Supongamos que tenemos una red definida como un conjunto de nodos y enlaces fijos (en el modelo original se propuso una simple dinámica de opinión para la gráfica o red completa, donde todos los nodos están conectados entre ellos, pero aquí lo presentamos para cualquier gráfica o red). En cualquier asunto, la opinión correspondiente es representada por un número continuo Θ entre 0 y 1. Se selecciona cualquier agente i y luego con la misma probabilidad para todos sus vecinos, se selecciona uno de ellos, llamado j. En la práctica es plausible asumir que los debates tienen lugar cuando las opiniones de las personas implicadas (o agentes) son lo suficientemente parecidas o cercanas unas de otras. Si entre vecinos la diferencia de las opiniones Θ i (t) y Θ j (t) supera un determinado umbral, entonces no pasa nada (en este caso t es un tiempo discreto que etiqueta y ordena los pasos de tiempo del proceso iterativo); pero si:
| Θ i (t) – Θ j (t) | < ε,
entonces: Θi (t + 1) = Θi (t) + µ [Θj (t) − Θi (t)] (1),
Θj (t + 1) = Θj (t) + µ [Θi (t) − Θj (t)],
lo cual significa que sus opiniones se acercan, moduladas por el parámetro µ.
Este procedimiento se repite hasta que se alcanza la convergencia. Es habitual utilizar el mismo parámetro de aproximación µ para todos los agentes. Es evidente que la topología subyacente al sistema define a los vecinos de cada agente. La convergencia se alcanza después de emplear el procedimiento de la ecuación (1) iterativamente, y se define un grupo o cúmulo como el conjunto de nodos en la red o agentes que comparten la misma opinión final.
Un ejemplo
Vamos a considerar tres nodos alineados como se muestra en la siguiente figura:
y mostrar como su opinión converge para e = 1 y µ = ½.
Supongamos que en un principio la cantidad de información u opinión en cada nodo es a0, b0, y c0. Puesto que e = 1, entonces sus valores siempre se aproximan en pares siguiendo la ecuación (1) para cualquier valor de la cantidad de información. Si µ= ½, entonces ambas opiniones llegan a ser iguales en el punto medio en un solo paso y el consenso de los dos agentes implicados es total. Es decir, la convergencia entre los dos agentes se produce inmediatamente;
Θ i (t + 1) = Θ j (t) = [Θ i (t) + Θ j (t + 1)] / 2.
Sin perder la perspectiva general, se puede comenzar la simulación, eligiendo un primer nodo a y su nodo más cercano b vecino, por lo que la nueva cantidad de información en cada nodo es:
a1 = a 0 / 2 + b 0 / 2,
b 1 = a 0 / 2 + b 0 / 2,
c 1 = c 0.
En el siguiente paso de simulación, el nodo c y su vecino b son elegidos, así tenemos:
a 2 = a 1 = a 0 / 2 + b 0 / 2,
b 2 = b 1 / 2 + c1 /2 = a0 / 4 + b 0 / 4 + c 0 / 2,
c 2 = b 1 / 2 + c 1 / 2 = a 0 / 4 + b 0 / 4 + c 0 / 2.
Después de n pasos, tenemos:
a n = {a 0 + b 0 + c 0 } /3 + A {a 0 + b 0 − 2c 0 } / (3[ 2 2n ]),
b n = {a 0 + b 0 + c 0 } /3 + B {a 0 + b 0 − 2c 0 } / (3[2 2n ]),
c n = {a 0 + b 0 + c 0 } /3 + C {a 0 + b 0 − 2c 0 } / (3[2 2n ]),
donde a, b y c son constantes.
A partir de estas expresiones uno puede ver que todos los nodos convergen en el mismo punto.
Discusión
Este proceso continuo parece ser un modelo más realista para los dispositivos numéricos (en los que la precisión es fundamental) que para los seres humanos. Un valor preciso de la opinión de un agente humano en un rango infinito (números reales entre 0 y 1) es conveniente para los propósitos numéricos, pero no es realista. Por lo tanto, podemos referirnos al valor numérico de la opinión de un agente determinado como la “cantidad de información” que este agente tiene. De esta manera, podemos pensar en un agente como una persona o cualquier otro dispositivo artificial.
Hemos demostrado cómo una serie numérica surge cuando se trata de sólo tres agentes en la modelo de Deffuant. Un caso más general consiste en escoger dos diferentes valores de µ en una interacción de pares o valores aleatorios. En la práctica vemos que incluso para un pequeño número de nodos, N = 3, y hasta para el caso de las aproximaciones más rápidas (µ = ½), llegar a un consenso perfecto generalmente toma un número infinito de pasos. Para efectos prácticos, en el modelo de Deffuant aplicado a cualquier sistema con cualquier valor de agentes, la serie convergente resultante se puede truncar en cualquier grado deseado de precisión. Para los sistemas sociales es más adecuado un conjunto de valores posibles discreto, no continuo, y además es más fácil de manejar. Aunque este modelo es matemáticamente elegante, no parece ser un modelo realista de las opiniones humanas, porque se necesita un número infinito de pasos para converger o llegar a un consenso. En primer lugar, ¡las vidas humanas son finitas! En segundo, un valor de la opinión de un agente humano ubicado en un rango infinito (números reales entre 0 y 1) no es realista.
En resumen, son más adecuados los modelos de opinión con un número finito de estados para describir o simular el comportamiento social. En los cálculos numéricos, el proceso de convergencia toma mucho tiempo cuando el rango es infinito, salvo en el caso de emplear un pequeño número de dígitos significativos (el redondeo de errores).
Existe otro modelo de opiniones propuesto por Hegselmann y U. Krause, que es similar al de Deffuant, pero en él un agente cambia de opinión por la opinión general de sus vecinos. Es decir, en este modelo un agente, en lugar de interactuar con uno solo de sus vecinos a la vez, como en ocurre en el anterior, va a interactuar a la vez con el promedio de todos los agentes dentro de una región de opiniones similares definida o limitada también por e. Este modelo es más adecuado para describir la formación de opinión cuando la gente se reúne al mismo tiempo en grupos pequeños, donde existe una interacción eficaz con participación de muchas personas al mismo tiempo. Por otra parte, ya que este modelo incluye más agentes al mismo tiempo (como en un verdadero proceso de reuniones), una mayor precisión numérica (como en un proceso de votación) parece naturalmente ser más apropiada que en el modelo anterior.
Los debates en torno a la evolución y convergencia de la computación social se pueden encontrar en la red. Baste concluir aquí mencionando que un modelo como el de Hegselmann y Krause es más realista para los pequeños grupos y se puede aplicar para describir el proceso real de reuniones tanto entre personas físicamente como, dados los tiempos actuales, en la red.
|
|||||||||||
Referencias bibliográficas
Weidlich, W. Sociodynamics. 2000. Harwood Academic Publishers, Amsterdam.
Lorenz, J. 2007. “Continuous Opinion Dynamics under Bounded Confidence: A Survey”, en International Journal of Modern Physics C, vol.18, núm. 12, pp. 18191838 (arXiv:0707.1762v2).
Castellano C., S. Fortunato y V. Loreto. 2009. “Statistical physics of social dynamics”, en Rev. Mod. Phys., núm. 81, pp. 591646.
Deffuant, G., F. Amblard, G. Weisbuch y T. Faure. 2002. “How can extremism prevail? A study based on the relative agreement interaction model”, en Journal of Artificial Societies and Social Simulation, vol. 5, núm. 4 (http://jasss.soc.surrey.ac.uk/5/4/1.html).
Hegselmann, R. y U. Krause. 2002. “Opinion dynamics and bounded confidence: models, analysis and simulation”, en Journal of Artificial Societies and Social Simulation, vol. 5, núm. 3 (http://jasss.soc.surrey.ac.uk/5/3/2.html).
|
|||||||||||
_________________________________________________________ | |||||||||||
Yérali Gandica
Centro de Física,
Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas. Sergio Rojas
Departamento de Física,
Universidad Simón Bolivar.
Marcelo del Castillo Mussot y Gerardo J. Vázquez
Instituto de Física,
Universidad Nacional Autónoma de México.
como citar este artículo → Gandica, Yérali y et.al. 2011. Modelos de convergencia de opiniones. Ciencias 102, abril-junio, 46-49. [En línea] |
|
PDF →
|
|||||||||
Patricia Magaña Rueda
|
||||||||||
Lo primero que viene a la mente al hablar de basura es una serie
de olores y texturas indeseables, de las que no quisiéramos volver a saber. El término basura es muy general, ya que engloba todos los elementos que son mezclados y desechados porque se les considera no útiles. Hablando de la basura que se genera en casa, lo que hacemos es entregarla a los encargados de “deshacerse” del problema y olvidarnos de él. Pero sabemos poco sobre la forma en que se transporta, separa, trata y hasta se utiliza, y a la mayoría le preocupa todavía menos lo que representa en contaminación y daño al medio, excepto cuando nos lo recuerdan los lineamientos y reglamentos ordenados por la autoridad.
En el Distrito Federal, donde se llega a hablar de la producción de hasta quince mil toneladas diarias, el problema es creciente, y durante décadas los gobiernos locales no han desarrollado un proyecto claro para contender con el mismo. Desde 2003 la Asamblea aprobó la Ley de residuos sólidos (nótese que es un término distinto a basura). Su aplicación se ha ido posponiendo por muchos factores, particularmente la falta de infraestructura. Cinco años después, en diciembre de 2008, se publicó el reglamento correspondiente a la Ley, y apenas este 2011 se ha puesto realmente en marcha, con las correspondientes sanciones, involucrando en primera instancia a los ciudadanos.
La preocupación del Gobierno del D. F. responde, sobre todo, al cierre del Bordo poniente, una enorme área ubicada entre el Distrito Federal y el Estado de México, donde se depositaban las docenas de toneladas diarias que produce la gran urbe. Y aunque ha causado un fuerte debate, y ha habido propuestas para aprovechar el gas metano que genera este inmenso tiradero, todavía no está claro qué va a pasar con toda la basura una vez cerrado este depósito, como lo acreditan diversas notas periodísticas (www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n1992482.htm).
La responsabilidad es gubernamental, pero sin la participación ciudadana el asunto difícilmente encontrará vías adecuadas de solución a corto o largo plazo. Y aunque la información juega un papel central en la búsqueda de alternativas, ¿han servido los años transcurridos entre la aprobación de la Ley y su puesta en marcha para instruir y verdaderamente preparar a la población para entender el problema de la “basura”? La respuesta, desgraciadamente, es no. Y esto tendrá un papel central en los planes que sigan los distintos gobiernos en el futuro.
La Ley de residuos sólidos hace referencia en sus artículos 10, 11, 16, 17 y 18 a la necesidad de difundir su contenido y orientar a la población en sus detalles, pero más aún en el sustento para aplicarla. En los hechos, más allá de un cartel y algunos folletos, poco se hace. Si usted está interesado en conocer la Ley, visite la Gaceta Oficial del Distrito Federal (www.sma.df.gob.mx), un portal que además de permitirle descargar el documento completo, en su menú principal incluye el apartado “residuos sólidos” que contiene el nuevo programa de 2011 que lleva el nombre de “Juntos pero no revueltos”, datos, material de difusión, planes de manejo y hasta un apartado de denuncias por incumplimiento.
Pero, ¿por qué separar la basura y cómo hacerlo? La respuesta más simple sería que separar basura orgánica e inorgánica permitirá reciclar y no contaminar tanto. Pero más bien habría que hacerse dos preguntas más profundas: ¿se puede hacer algo para producir menos basura?, ¿están informados y concientes los ciudadanos del problema que representan los residuos sólidos, la forma de disponer de los mismos y lo que significa cambiar nuestros hábitos? Las respuestas ya no son tan simples y requieren programas más cuidadosos con un mayor número de personas involucradas —y no sólo los habitantes de la ciudad—, pues tendría que incluirse al personal de limpia, los industriales que producen cualquier tipo de elemento consumido, los fabricantes de empaques, los involucrados en el reciclaje y, por supuesto, los interesados en desarrollar ciencia y tecnología para contender con el problema.
En un primer intento, el gobierno local, por medio de su portal, presenta un programa más amplio que el solo reglamento y se llama “Plan verde. Ciudad de México”. En él se enmarca el manejo de residuos sólidos que incluye no sólo la separación de la basura, sino también el reciclaje y la reutilización de elementos (www.planverde.df.gob.mx/).
Lo adecuado sería entonces hacer una campaña que no se centre en conocer qué es orgánico y qué es inorgánico, lo cual indudablemente es importante, sino cómo nos hacemos de productos que generen menos residuos, cómo tener vías para ubicar lo reutilizable o lo que es reciclable y, finalmente, cómo disponer de manera adecuada de lo que hay que desechar, incluidas muchas sustancias y materiales que usamos en casa o en la oficina, que se siguen eliminando sin regulación y contribuyen a una alta contaminación de suelos, agua y mares.
Algunos pequeños libros o folletos sobre el tema de la basura han sido trabajados con cuidado y claridad. Uno de ellos fue elaborado, en 2004, por Raúl Herrera Massieu. En él, además de datos básicos y definiciones claras, se plantea cuestionamientos que pueden servir de base para apoyar la difusión de la Ley de residuos sólidos. Conviene consultar este texto que incluye una sección de preguntas frecuentes muy esclarecedoras (www.sma.df.gob.mx/educacionambiental/pdf/como.pdf).
Hay países que son exitosos en el manejo de sus residuos, tal es el caso de Alemania, donde se educa en términos de generar menos basura; muchas familias producen composta con los desechos orgánicos, y el reciclamiento está regulado por leyes, de manera que los empaques y recipientes en que se venden los productos vuelvan a ser responsabilidad de los fabricantes y por lo tanto les deben ser regresados para su disposición. Esto fue introducido desde 1991 por medio del llamado Dual System Germany Ltd., al cual se ha unido una gran cantidad de países en Europa. Su propósito fundamental es asegurar la recuperación y reciclamiento de los empaques en la forma más eficiente y amigable con el ambiente. Se puede aprender mucho de ellos (www.proe.org/Introduction.html).
En resumen, hay necesidad de desarrollar ciencia y tecnología sobre mejores y más amigables materiales, así como procesos de reutilización y manejo de muchas sustancias. De igual manera, la población tendrá que proponer se incentive la parte industrial de utilización y reciclamiento como una tarea importante en el país. Pero debería de haber un objetivo fundamental de difusión, que es también educativo: lograr, como en otras muchas cosas, un cambio de actitudes en nosotros, lo cual nunca es sencillo.
|
||||||||||
_____________________________________________________________
|
||||||||||
Patricia Magaña Rueda
Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México.
como citar este artículo → Magaña Rueda, Patricia. (2011). ¿Es sólo basura? Ciencias 102, abril-junio, 24-26. [En línea] |